Los dichos y expresiones populares llenan de humor y picardía la conversación veracruzana. En todo el estado, pero principalmente en Boca del Río, en Alvarado, en Acayucan y en la zona de Coatzacoalcos, utilizar el doble sentido al hablar, resulta tan común y corriente, como recordarle la progenitora a cualquier paisano, así sea de la familia más cercana al que lleve la voz cantante.

Precisamente eso ocurrió el miércoles pasado, cuando Roberto Ramos Alor, el secretario de salud que no encuentra argumentos para justificar una millonaria adquisición directa de medicamentos, le faltó el respeto a un grupo de periodistas que estaba frente a él. Al galeno sin galanura discursiva e ignorante de la cosa pública, se le fue una canoa verbal y les espetó sin tacto alguno una jarocha frase: “A ustedes, ningún chile les embona”.  

Como la respuesta del funcionario fue con alevosía y ventaja, a ninguno de los ofendidos oyentes se le ocurrió replicar con una frase que sería perfecta para la ocasión, de recíproco impacto y con el mismo acento irrespetuoso: “Quien hambre tiene, en pan piensa”.

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Pero la frase bien puede aplicarse en otros contextos y a otras personas.  Por ejemplo, a un alto funcionario de SEFIPLAN que pensó que la cuarta transformación se refería a la transformación económica de la familia, de los amigos cercanos y de todos aquellos que pudieran estar en condiciones de devolver favores burocráticos. 

El día de ayer, como ya había ocurrido el viernes pasado en la gira presidencial en Coatepec, un quisquilloso periodista jarocho fue a la conferencia mañanera de AMLO a cuestionarlo sobre el nepotismo en que ha incurrido el gobernador Cuitláhuac García, quien, como todos saben en el terruño, designó a su primo Eleazar Guerrero como subsecretario de administración y finanzas, y este personaje, bastante comedido, colocó en sendos puestos a su hijo y a su hija más queridos, a parientes de grado y políticos y parece ser que a todos los amigos de la colonia, completando un hermoso juego de intereses filiales, que con una buena coordinación financiera puede reportar jugosos dividendos.

López Obrador, quien hasta ahora no ha dado cargos a su familia, debe haber tragado gordo y rápidamente aseguró que el nepotismo no cabe en su régimen. Pero este sucio ejemplo de política de cuarta, liderado por el célebre Eleazar, y estigmatizado sin descanso durante la campaña electoral por Andrés Manuel, no hace más que hacer pensar a la sociedad que en ese subsecretario existe carencia física e intelectual y demasiada obsesión por el pan dulce y alimenticio.

El aire está tan revuelto y los cuestionamientos y decepciones tan presentes en Veracruz, que en la plática rebosante de picardía y humor, la cuarta transformación ya se menciona como la “cuarta trastornación” del estado y de muchos personajes prominentes. 

Y en relación al nuevo proyecto judicial cuitlahuista y orfiano contra el anterior gobernador, y por el bien de sus gestores y simpatizantes, se desea que las recientes acusaciones y aseveraciones relativas a Yunes Linares, cumplan con todos los aspectos técnicos y jurídicos que le hagan recibir castigo, si es que lo merece. Porque si no, estarán construyendo un seguro mártir político que más rápido haga mirar a la gente hacia otro color político en Veracruz, y que no sería el PRI fantasmagórico.

No sea que el empobrecimiento duradero y el deseo de cambio del grueso de la población, traiga de nuevo y con doble sentido la eterna sentencia que dice que “Quien hambre tiene, en PAN piensa”. 

Porque ya aparecen varias preguntas inquietantes en el aire jarocho. Qué representan en el activismo local los trabajos todavía subrepticios que empiezan a realizar asociaciones y fundaciones con tufo azul estéril y con financiamiento del centro y norte del país.

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