José Antonio Flores Vargas

Con la finalidad de aumentar la recaudación del impuesto predial en 2017, hace algunas semanas los ayuntamientos de Veracruz, Xalapa, Córdoba, Alvarado, Acayucan y Las Minas, presentaron al Congreso del Estado, la autorización para actualizar las tablas de valores unitarios de suelo y construcciones en esos municipios.

Esta noticia fue informada a la sociedad por los medios de comunicación, recalcando que 206 municipios continuarán aplicando las mismas tablas que vienen utilizando, algunos desde hace varios años.

Estas actualizaciones tienen varios efectos: se incrementa el monto a pagar por concepto de impuesto predial; se revalorizan las propiedades y se aumenta el costo de las rentas.

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Es decir, una decisión altamente perjudicial para la población xalapeña.

A simple vista, el efecto principal, lesiona la economía de la población, en una época de aumento del gas, la luz y la gasolina y de escasos ingresos en la economía local.

En el caso de ciudades como Xalapa y Veracruz, tiene un impacto mayormente negativo, considerando el alto número de jubilados, pensionados, desempleados y de jefas de familia, que con mucho esfuerzo sacan adelante a los suyos.

Hace dos años, el diputado Ricardo Ahued, puso el punto sobre las íes en la Legislatura, al señalar que eran incorrectos esos incrementos a ciegas, ya que los gestores no presentaron las tablas de 2015 y 2016, para poder hacer una comparación. Al respecto, manifestó que debía conocerse cómo iban a impactar en la sociedad esas modificaciones al cobro de impuestos.

Si bien es cierto que cuando un ayuntamiento recauda más, obtiene una mayor calificación para recibir mayores recursos federales, también lo es el hecho de que la situación económica actual no está como para llevar esas decisiones a ultranza.

Revisamos cómo se comportó de un año a otro el incremento en la pasada actualización de valores en Xalapa, presentando tres ejemplos: en un caso, pasó de 941.87 a 1,431.90 pesos. En otro más, de 357.68 a 813.36 pesos, y en el último, de 733.92 a 1,577.90 pesos.

Por razones de este tipo, es que la mayoría de los alcaldes prefieren posponer las actualizaciones. Parten de la idea de que es mejor conservar la recaudación alta, que incrementar el grado de morosidad.

Sin embargo, Américo Zúñiga parece ignorar la penosa situación económica de la mayoría de los ciudadanos de la capital del estado. O lo va a llevar hasta las últimas consecuencias, porque no quiere afectar su estrategia de obra pública, subsidios y festivales.

Por cierto, si hablamos de la obra de rehabilitación de la calle Zaragoza, atrás del Palacio de Gobierno, que hace ya varias semanas se construye a paso de tortuga, pareciera que sólo se trata de un atraso necesario para desalentar el festejo del grito del 15 de septiembre, previendo algún desaguisado popular la noche de ese día.

Quizá sea tiempo de considerar la posibilidad de retirar esa solicitud de actualización de valores unitarios, o cuando menos, de que alguien salga a tranquilizar a los causantes xalapeños.

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