“Obras son amores, y no buenas razones”, señala uno de los refranes populares utilizados cuando se quiere hablar de compromisos serios o de afirmar o cuestionar la distancia o la diferencia entre los dichos y los hechos. Y la expresión aplica perfectamente a lo que el presidente de la república y el sector empresarial mexicano pretenden que sea la relación de armonía, intenciones y proyectos conjuntos que tiene que existir entre ambas partes si lo que se intenta es el progreso y la reactivación de la economía. 

El INEGI acaba de informar que el país se encuentra en un periodo de recesión técnica, después de revisar los tres últimos trimestres de la economía. Y todo mundo sabe que una recesión no atendida se convierte en crisis y después en la fatal depresión. Solamente la producción, la inversión de recursos y la creación de empresas y empleos bien remunerados funcionan para enfrentar estos fenómenos de la economía que pueden arruinar cualquier tipo de crecimiento o desarrollo.

Por eso el encuentro frecuente del mandatario nacional con el sector privado sirve para enviar buenas señales a la población. Pero si el encuentro, los discursos y los gestos amistosos no se convierten en acciones reales, todo queda en demagogia y en simple palabrería.

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El día de ayer el Consejo Coordinador Empresarial y el multimillonario Carlos Slim dieron un fuerte espaldarazo a López Obrador en la conferencia mañanera. Se presentó de manera conjunta un Acuerdo para la creación de infraestructura que, en una primera etapa pretende invertir 859 mil millones de pesos en las diversas regiones del territorio nacional. 

Infraestructura carretera, puertos, aeropuertos y turismo verán un fuerte impulso durante el periodo 2020-2024. Algo de eso ya está en proceso.

En Veracruz se desarrollarán 13 grandes proyectos de infraestructura por un importe cercano a los 33 mil millones de pesos. La autopista La Tinaja-Cardel hará realidad el viejo sueño de comunicar a la capital de Veracruz con la ciudad de Córdoba, sin tener que pasar por la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río. Otras obras de este paquete son para hacer más eficientes y competitivos a los puertos de Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos. En el turismo, se realizarán obras prioritarias de comunicación para detonar las zonas de Los Tuxtlas y Costa Esmeralda. Los aeropuertos de Veracruz y Minatitlán recibirán obras de modernización.

Para Xalapa se aprobó la construcción de un Periférico Sur que servirá para comunicar a Banderilla con la autopista a Coatepec y de ahí a la gran zona habitacional de Las Trancas y las populosas colonias urbanas del municipio de Emiliano Zapata en los linderos con la capital, con una inversión estimada de 1,576 millones de pesos.

En todos los casos se trata de inversiones privadas que seguramente contarán con el apoyo del Gobierno Federal en lo concerniente a permisos y autorizaciones, derechos de vía y la necesaria estabilidad y tranquilidad política de la población.

Obras son amores, dicen los empresarios, apoyando al gobierno lopezobradorista. Acciones concretas más que palabras e intenciones, es lo que requiere la sociedad.

Bienvenido sea este esperanzador anuncio. 

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