El periódico El Financiero dio a conocer ayer la noticia del día, referida por el propio presidente de la república: “El pueblo está feliz, feliz, feliz. Hay un ambiente de felicidad, el pueblo está muy contento”, dijo AMLO en su conferencia mañanera. La mejor expresión corporal de su repertorio confirmó el entusiasta dicho del dueño del micrófono en palacio nacional. 

Y la clave de esa íntima satisfacción matinal, pudo haberla brindado el mismo medio de comunicación, a través de su columnista Darío Celis, quien deslizó que Santiago Nieto, el jefe de la unidad de inteligencia financiera de la SHCP, tiene indicios de que un odiado documental que ofendió a Andrés Manuel en junio de 2018, antes de la elección, pudo haberse realizado con recursos provenientes de la llamada Estafa Maestra que operó Rosario Robles Berlanga, ahora presa.

Hace pocos meses se habían mencionado los antecedentes y la insistencia de la queja ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Santiago Nieto había adelantado también en una Mañanera de marzo, que el gobierno del estado de México, el grupo Peñoles y la empresa OHL, entre otros, habían aportado 254 millones de pesos para financiar la producción de un documental presentado en México un mes antes de las elecciones, para influir negativamente en los votantes y hacer campaña negra contra López Obrador.

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La serie presentada en Amazon Prime y algunos canales de televisión de paga, fue denominada “El populismo en América”, incluye entre otros líderes sudamericanos a gentes como Perón, Lula, Hugo Chávez y, desde luego, a López Obrador, a quien dedicó el capítulo final, titulado “El redentor furioso”. En esa producción con opaco financiamiento aparecen expresiones y opiniones de empresarios, políticos y líderes mexicanos como Cuauhtémoc Cárdenas. 

Como señaló el columnista en temas financieros, la sentencia judicial del tribunal en el expediente PSL-41-2018, confirma la guerra sucia realizada por un grupo de empresarios en 2018 contra el entonces candidato López Obrador, acción en la que tuvo papel fundamental el exvicepresidente de Televisa Alejandro Quintero Íñiguez, empresa donde alguna vez en la época priista, su propietario declarara que era el primer soldado del presidente. 

Quintero Íñiguez fue también asesor de medios de Enrique Peña Nieto, y para desarrollar esta campaña al máximo, gastó abundante publicidad en camiones de pasajeros, parabuses y spots de radio y televisión. 

Alejandro Quintero es apenas una punta de esa madeja. Seguramente saldrán más personajes implicados que contravinieron flagrantemente el artículo 41 de la Constitución Política y que por ello tendrán que poner sus barbas a remojar. Todos ellos, son empresarios o políticos que no deben sentirse tan felices como en estas horas están el propio jefe de gobierno y su fiel pueblo sabio. 

Quién sabe si el perdón lopezobradorista los incluya y absuelva. Ya lo sabremos en los meses venideros.

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