Con motivo del Día de la Juventud que se celebró el domingo pasado, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) emitió un alarmante diagnóstico sobre las graves carencias que sufren las nuevas generaciones de mexicanos.

Una de las notas al respecto fue la que presentó El Universal,con el título “Más del 50% de los jóvenes tienen empleos informales o precarios: Coneval”, la cual da a conocer que en el año 2016, ese porcentaje de jóvenes contaba con ingresos mensuales insuficientes para cubrir la canasta alimentaria y los bienes y servicios básicos que demandan, entre ellos el transporte público y los gastos de salud, educación, cultura y recreación.

Además de ello, el diario señaló que el 59.9% de los ocupados se encontraba en empleos informales, y que más de la mitad de ellos percibía montos insuficientes, desde uno hasta tres salarios mínimos. El informe termina con el dato de que casi 614 mil mujeres entre doce y diecinueve años fueron madres ese año.

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Si esos porcentajes los trasladamos al estado de Veracruz, entonces podemos entender que la situación para los jóvenes está presentando características sumamente dramáticas, si además consideramos que los niveles de inseguridad retraen el empleo, y que los salarios que el empresariado puede ofrecer, suelen ser por debajo que lo que se paga en otras entidades federativas.

Por otro lado, debe tenerse en cuenta que existe una alta propensión a vivir en pareja a tempranas edades, y que cuando las relaciones fracasan, las jóvenes mujeres son las que se convierten en jefas de familia. Cabe mencionar que ciudades como Xalapa, Veracruz, Orizaba y Coatzacoalcos, presentan elevados porcentajes de mujeres de dieciséis años en adelante, que aportan su reducido ingreso económico como sustento principal o único en sus hogares.

Veracruz es uno de los estados con mayor pobreza extrema y es un hecho de que muchas de las familias que viven en esa condición, están integradas por padres jóvenes con escasas posibilidades de mejora económica.

Por esa razón será necesaria una estrecha coordinación entre el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal, a partir de que entren en funciones el primero de diciembre próximo. Esto es indispensable, toda vez que la bolsa de recursos financieros para el bienestar (por ahora llamado desarrollo social) en las entidades federativas, la tiene el gobierno central, en una proporción que hasta hace pocos años era de cuando menos 4 pesos de la federación por cada peso del presupuesto estatal.

Por eso son significativas las declaraciones que el día de ayer dio al noticiero Lo que hay en Palabras Claras del Grupo Noreste, el sociólogo Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien ha sido propuesto por el presidente electo para ser el primer delegado estatal de programas integrales de bienestar en Veracruz.

El futuro funcionario señaló que los resultados en favor de la sociedad se verán en corto plazo, y que con el gobierno de AMLO acabará el intermediarismo político en la asignación de recursos públicos. En cuanto entre en operación, el nuevo gobierno federal irá casa por casa hasta los domicilios de los ciudadanos para entregarles directamente los apoyos y beneficios de los programas.

A la juventud se le dará alta prioridad a través del Programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, que incluye capacitación para el empleo. Dijo también que la estrategia será la generación de ambientes productivos y el aseguramiento de que no suban los costos y los insumos a la población. Insistió en que después de la pensión universal, la segunda prioridad serán los jóvenes, también el fortalecimiento al campo, el apoyo a discapacitados y la atención médica. Para ello se establecerán zonas de emergencia, como aquellas donde la delincuencia y la pobreza estén haciendo estragos. “Se trata de serenar al país y generar tranquilidad, para asegurar que los mexicanos alcancen el bienestar”, mencionó.

Manuel Huerta aseguró que el bienestar llegará al estado, y que habrá transparencia y honestidad, resaltando que desde hace tiempo Andrés Manuel ha hecho sentir su veracruzanía, en virtud de que es hijo de veracruzano.

El gobierno federal debe mirar con atención las graves carencias de la juventud veracruzana, sector que a ojos cerrados entregó su confianza y su voto a Morena y a López Obrador el primero de julio pasado.

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