Los informes presentados por funcionarios federales en la conferencia mañanera del presidente López Obrador muestran avances que tienen que ver con el cercano mejoramiento de las condiciones de vida de la población del sureste de México.

Es bueno que el mandatario nacional esté atento a lo que hacen sus colaboradores en la región sur-sureste, considerando que esta franja territorial fue señalada como prioritaria en su plan de gobierno a causa de la terrible pobreza que presenta.

El día de ayer la secretaria de energía detalló el plan emergente para reactivar las refinerías de Cadereyta, Ciudad Madero, Tula, Salamanca y, en la zona sur, las de Minatitlán y Salina Cruz, con una inversión global de 12 mil 500 millones de pesos. Señaló que en diciembre de 2018 se procesaban 507 mil barriles por día y que a este mes ha aumentado a 814 mil barriles.

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El director de PEMEX informó que esta semana entra en operación el Campo Xikin, en las próximas semanas el pozo Cibix 1, y que en el último mes del año iniciarán 5 pozos del campo Ixachi en Veracruz, el que constituye la mayor apuesta de la paraestatal para repuntar la producción petrolera que este 2019 cerrará con 1 millón 800 mil barriles de crudo.

Por su parte, el director del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec anunció una inversión de 3,200 millones de pesos para rehabilitar 60 kilómetros de vía del tren del Istmo en 2020. 

El sureste de la república mexicana aporta las mayores cifras de la pobreza extrema del país, allí existen municipios serranos y rurales donde se tienen porcentajes del 66% de pobreza, como en ninguna otra parte. 

Y respecto a las zonas urbanas, en ciudades como Coatzacoalcos, Minatitlán, Villahermosa y otras más, la violencia y la inseguridad galopantes han ganado a la tranquilidad de la población. Los indicadores de asesinatos, desapariciones, secuestros, extorsiones, violaciones y robos han ido al alza en los últimos años. El desempleo, la informalidad y los bajos salarios no ayudan a componer las cosas.

En el sureste de México es necesario que avance en serio la Cuarta Transformación, si es que este sistema político pretende tener continuidad en el ánimo de la sociedad mexicana.

Programas como Sembrando Vida, la gran iniciativa de reforestación territorial, los apoyos ganaderos, la modernización de vías de comunicación, los 10 parques industriales en el istmo y los proyectos de incentivos fiscales, tendrán que traer progreso, creación de empresas y más que nada la generación de empleos bien remunerados en la zona.

Veracruz lleva muchos años observando la caída de sus indicadores de bienestar. Estas noticias positivas producen confianza en el rumbo trazado por el ejecutivo federal. Solo falta que las autoridades estatales se conduzcan con el mismo ritmo e intención.

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