La semana anterior estuvo repleta de noticias que jalaron la atención pública. En este país empezamos con el elocuente falovideo de Zague, un famoso exfutbolista y comentarista deportivo que olvidó el sagrado respeto conyugal; después continuamos con los repetitivos estudios demoscópicos de los candidatos presidenciales y la promocionada tercia de encuestas con resultados positivos para los tres candidatos a gobernador de Veracruz.

Y para terminar la jornada, el dominguero gol de la privatización del agua, que nos endilgó Enrique Peña Nieto mientras festejábamos al Chucky Lozano, a Herrera, a Ochoa y al Chicharito.

En el panorama internacional nos enteramos de los inacabables aranceles de importación de Trump, de las elecciones presidenciales en Colombia, de los pormenores del mundial de futbol en Rusia y, sobre todo, del triunfo de México sobre Alemania, que puso a soñar a los aficionados mexicanos.

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Y vayamos al país sudamericano de las espectaculares mujeres, para regodearnos con las cosas bellas y con los humanos sueños de que México puede ser campeón mundial. Lo ocurrido en estos días, nos lleva a recordar un famoso e internacional merecumbé escrito por Pacho Galán, cuyo ritmo nació con el amoroso saludo que el autor dedicaba a su vecina Patricia durante las cálidas mañanas de Medellín, Colombia, allá por los años cincuenta del siglo pasado.

Anoche, anoche soñé contigo/ soñé una cosa bonita/ qué cosa maravillosa/¡Ay, cosita linda, mamá!, dicen los versos iniciales de esa canción de la música tropical que se conoció en todo el planeta, gracias a artistas como Nat King Cole, la orquesta Matancera y la Sonora Santanera.

Lamentablemente en el tema de los sueños, el débil y el poderoso incurren en error. Primero Donald Trump, que por lo que se observa, quiere imponer o elevar arancel comercial a todo lo que se mueva cerca de su país, sin que la decisión le cobre factura alguna, lo cual es imposible.

Sueño, como el noble y legítimo sueño mexicano, que pretende ignorar que en el campeonato mundial participan selecciones de futbol con mayor infraestructura deportiva que la nuestra.

Sueños como aquellos sueños húmedos de la adolescencia, que parecen sufrir (más que gozar) los tres candidatos varones a la gubernatura veracruzana. Cada uno, en redes sociales, o por los medios que puede, está divulgando la idea de que tiene posibilidades de triunfo el domingo uno de julio.

Lo cierto hasta este día es que las encuestas más acreditadas están dando un empate técnico por el primer lugar entre Miguel Ángel Yunes Márquez y Cuitláhuac García, y no se sabe qué es lo que pudiera suceder en el momento del voto en las urnas electorales.

En el caso de Pepe Yo me ocupo, es un hecho que el peroteño jamás logró levantar el interés del electorado veracruzano más allá del 20%, aunque se percibe un evidente compromiso de difusores orgánicos para elevar de manera ficticia los débiles bonos de Yunes Zorrilla.

Y vale la pena comentar un sueño que ojalá y pudiera convertirse en realidad. El de los encomiables esfuerzos por resolver en Xalapa el tema de los desechos que produce la población. Anuncia el alcalde Hipólito Rodríguez que, a semejanza de Orizaba, en Xalapa iniciará un programa de separación de basura orgánica y basura inorgánica.

Pueden ser sueños pero, gracias a nuestros dioses, aún está permitido soñar: Anoche, anoche soñé contigo/ soñé una cosa bonita/ qué cosa maravillosa/¡Ay, cosita linda, mamá!.

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