El lunes pasado este portal publicó una noticia del reportero Alejandro García, relacionada con la firma de un contrato entre la Secretaria de Finanzas y Planeación con Banorte Casa de Bolsa, para el manejo de los fondos del ahorro para el retiro de los trabajadores al servicio del gobierno del estado de Veracruz.
Como la nota refiere probables riesgos financieros en esa operación, ese mismo día el secretario José Luis Lima y el propio gobernador Cuitláhuac García salieron a declarar que no existe ningún riesgo para esos fondos. El titular de Sefiplan incluso deslizó que había desconocimiento de los informadores sobre la materia.
El asunto no es tan complicado como para alegar desconocimiento en el reportero y buscar desacreditarlo. El hecho en sí mismo, conduce al escepticismo y la preocupación, si se considera que, en los últimos años, ha habido una buena cantidad de decisiones gubernamentales que han afectado fondos de pensiones, seguros de retiro y manejos extraños en el propio fideicomiso del SAR Veracruz.
Este ente surgió a partir de un decreto publicado en mayo de 1994 y está a punto de cumplir tres décadas. El primer fiduciario fue BANCOMER y hace pocos años se designó a BANORTE.
Justamente de la época con BANORTE, coincidente con la presencia de Javier Duarte como subsecretario y como titular de SEFIPLAN y después como gobernador de Veracruz, es cuando se dan las primeras irregularidades en los manejos financieros en esa dependencia estatal.
Entre los pequeños detalles raros que han trascendido respecto a esos fondos, se encuentran casos como la no entrega de estados de cuenta a empleados; otros, relativos a pagos incompletos de los montos en favor de trabajadores que se pensionan, o peor aún, pagos entregados en cifras redondas (por ejemplo 51,000 pesos) a empleados jubilados y que estuvieron aportando por 20 años de servicios, situaciones del conocimiento de autoridades como la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos, no hace mucho tiempo.
Las dudas -y dicen que mata más la duda que el desengaño- surgen porque, cuentan los bien documentados, que el asunto de esos fondos está en los terrenos del llamado Zar de la Galaxia, donde además, todavía se mal recuerda la gestión duartista, la yunista, y la de algunos de sus excolaboradores, unos en reclusión, y algunos más, en situación de investigación por parte de fiscalizadores, fiscales, procuradores y jueces federales y estatales.
Lo más lamentable es que hay repetidos antecedentes en mal manejo de la reserva técnica del IPE en administraciones anteriores, y en el caso de los fondos de retiro de trabajadores, no existe una representación de ellos en estas instancias que administran y “cuidan” tales fondos.
Fondos que tristemente están sujetos a los azares del destino, más que a las reglamentaciones jurídicas y financieras y a la honestidad y ética profesional de los encargados de las áreas.