En estos días puede hacer crisis el problema de la basura en la capital del estado.  Uno más de los irresponsables manejos del alcalde, está a punto de originar que los desechos municipales no puedan depositarse en el relleno sanitario concesionado que se ubica en la localidad de El Tronconal.

El problema de la basura que genera la capital xalapeña -casi 500 toneladas diarias -ha sido en los años recientes una de las preocupaciones para la población que puntualmente paga sus impuestos y contribuciones al Ayuntamiento.

Muchos recordarán la cancelación y rescate del basurero municipal que operó hasta finales de la década de los ochentas en la prolongación de la calle Rébsamen, cerca de donde después se creó la unidad habitacional Nuevo Xalapa y la Facultad de Psicología de la UV. De ahí el tiradero se instaló en un predio rústico en la carretera antigua a Coatepec, lugar que debido a presiones sociales, después fue convertido en canchas de futbol por el propietario del sitio –El Soberano, un famoso exluchador de la Arena Xalapa.

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En el sexenio de Miguel Alemán se instalaron los primeros rellenos sanitarios del estado. Entre ellos el relleno sanitario regional de Pinoltepec, en el municipio de Emiliano Zapata, construido después de varios estudios ambientales e intensas negociaciones con los pobladores, para dar servicio durante varios años a la zona metropolitana de Xalapa y sus municipios aledaños.

Poco tiempo después, y con argumentos de altos costos de operación, este fue abandonado por Xalapa, municipio que construyó su propio relleno en la congregación de Chiltoyac. Por desgracia para los xalapeños, oscuras componendas de último momento de Américo Zúñiga para contratarlo por otro periodo más a la empresa concesionaria Proactiva (ahora Veolia), orillaron al alcalde Hipólito Rodríguez Herrero a deshacer ese trato, aduciendo esa irregularidad y su alto costo financiero para el municipio. 

La semana pasada, la empresa concesionaria acaba de informarle a la sociedad que lleva 15 meses recibiendo basura sin poder cobrarle al municipio; informa que el adeudo asciende a 31 millones de pesos. Por su parte, el alcalde Hipólito Rodríguez, manifiesta que no paga por estar en litigio con la empresa. La empresa dice que quiere diálogo y el ayuntamiento cierra la puerta.

Mientras se espera el desenlace jurídico, no sabemos cómo y a qué precio se va a concluir ese manoseado asunto legal. La realidad es que, si la empresa decidiera ahora no recibir más los desechos municipales, ocasionaría graves trastornos ambientales a la población que ya no aguanta más errores del alcalde y de sus ineficientes colaboradores.

Esperemos que la Litis no se convierta en bilis para los xalapeños y en suicidio político para Hipólito.

Por lo pronto, sigamos observando basura en el panorama local, mientras Xalapa Florece solamente en un periódico de ocho páginas, elaborado con vano empeño por el Ayuntamiento, y que nadie recoge en las oficinas y lugares públicos donde se coloca en notorios rollos.

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