La mañana del tres de diciembre de 2016 en el Congreso de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares llevaba a cabo su primer evento relevante como gobernador, después de asumir el cargo dos días antes. Entregaba el mayor reconocimiento que otorga el estado -la Medalla Adolfo Ruiz Cortines- a 12 colectivos de búsqueda de personas desaparecidas del norte, centro y sur. La presea fue recibida por una representante de ellos, quien la recibió incrédula entre aplausos y consignas como “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.

Lo que sucedió en los meses que continuaron es ampliamente conocido por la sociedad en general. El gobernador enarboló dos luchas personales: la sucesión gubernamental en favor de su primogénito, y también la persecución contra Javier Duarte y la recuperación de los fondos extraídos del erario por ese régimen. Ninguna tuvo el éxito esperado por él. Mientras tanto, los programas y acciones de gobierno quedaron entre las últimas prioridades, si es que hubo.

La inseguridad pública continuó fallando como en los años previos, y también aparecieron las evidencias del atroz e inhumano daño a las familias veracruzanas. Fosas con restos humanos en Santa Fe, en pleno municipio de Veracruz. Y otras más, comentadas en voz baja por muchos asustados habitantes. El padre Solalinde se volvió el anunciante de tragedias y desgracias terribles que muchos no creían. La entidad federativa fue noticia internacional debido a este nefasto estilo de ocultar a las víctimas de la delincuencia organizada.

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El mandatario estatal, el secretario de seguridad pública y el fiscal empequeñecieron, ante la evidencia de que el territorio parece gobernado por quien sabe cuántas bandas delincuenciales.

Pasó la elección presidencial y a gobernador, que perdió la familia Yunes Márquez, y entre los festejos del triunfo morenista y de las fiestas patrias, de pronto este jueves pasado “aparece” otra macrofosa “en el centro del estado” con 166 cráneos e indeterminado número de osamentas. El Fiscal Jorge Winckler apechugó el descubrimiento que seguramente apestaba, ya que varios conocedores del tema creen que lo estaban posponiendo y que por eso hasta esa fecha vio la luz.

Mientras el estado y los seguidores se le terminan de caer a Yunes Linares, la prensa nacional e internacional dio a conocer que aumentaba el número de restos humanos encontrados en esta última fosa.

El viernes pasado en entrevista telefónica para el noticiero “Lo que hay en Palabras Claras” producido por Grupo Noreste, la señora Lucía Díaz Genao, directora y fundadora del Colectivo Solecito, compartió sus impresiones al respecto. A pregunta expresa sobre ese descubrimiento y sus implicaciones, dijo lo siguiente:

“La información del Fiscal es totalmente incompleta y muy amañada, y nosotros preguntaríamos en dónde están resguardando todos esos restos. Queremos que nos incluyan en los trabajos. Sabemos que Solecito es el colectivo incómodo; el fiscal quiere que le aplaudan y nosotros no aplaudimos sólo porque hagan su trabajo. Sólo dos individualidades, dos personas que allí han encontrado apoyos, tienen trato con él, y se agradece, pero la mayoría de los colectivos no. El fiscal no tiene interlocución con los colectivos.”

“Ellos hablan de manera irresponsable que la fosa es del tal época; sacan los restos de manera rudimentaria, y no tienen calidad esos hallazgos. Los cuerpos se deben sacar como en una exploración arqueológica, y aquí no cumplen con los protocolos internacionales de investigación y búsqueda, y en el resguardo está pasando lo mismo, y debemos recordar que aún esperamos que hagan la identificación total de cuerpos encontrados en Colinas (de Santa Fe)”.

El Padre Solalinde no se equivocó cuando dijo que “Veracruz es una gran fosa clandestina”. Y quizá no se equivoquen quienes afirman que Yunes ya es el peor gobernador de Veracruz.

Y de todas estas estas negras realidades, alguna o mucha culpa, lleva el abogado Jorge Winckler.

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