José Antonio Flores Vargas

El caballo es uno de los animales más elegantes, nobles y carismáticos. Su aguda inteligencia lo diferencia de otras especies del reino animal. Una de las razas de caballos más distinguidas es el percherón.

El percherón ha sido reivindicado como un animal pequeño, robusto y potente, originalmente criado en la provincia de Le Perche, en el norte de Francia, que se destinaba a los caballeros medievales en la batalla.

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En la época actual, concebimos a estos bellos animales por su majestuosidad y alzada, que llega a ser hasta de 1.80 metros. Esto obedece a que recibieron sangre árabe en dos ocasiones durante los siglos VIII y XVII, según dicta la historia.

Respecto a su temperamento, los expertos señalan que estos ejemplares se caracterizan por su trato y disposición gentil y por estar siempre alertas y prestos al trabajo.

El día de ayer, parece que comenzó la verdadera carrera en el hipódromo de la política veracruzana. Desde luego, no hubo caballos percherones, aunque si algunos contendientes inyectados con sangre árabe.

Veracruz amaneció con tres singulares señales: la primera, el análisis del periodista de Excélsior, Pascal Beltrán del Río, que dijo que en “Veracruz: el PRI baja las manos”; la segunda señal, el desarrollo del debate entre seis de los siete candidatos a gobernar Veracruz en diciembre próximo y; la tercera, la filtración de un audio difundido por la cadena Univisión que involucra a Yunes Linares en actividades inmobiliarias de alto pelaje.

Si el PRI, ¡¡¡ya, ya, ya!!!, bajó las manos, puede suponerse que su percherón no alcanza la alzada propia de esa raza. Si en el debate, en el hándicap se igualaron las posibilidades entre los percherones de la contienda, supone entonces que no hay concesión de unos metros de ventaja entre los de sangre árabe. Pero si la filtración del audio es real, el caballo de la cuadra de la plata, tendrá más posibilidades frente al percherón y los ponys que cabalgan en la contienda.

En todo este embrollo, la neopetista es la única que no relinchó, porque al final de cuentas mandó a todos “a la chingada”. Lo que deja entrever que Alba Leonila llevaba anteojeras en su rostro, porque los ojos de los caballos están colocados a ambos lados de la cabeza, y no al frente, como los humanos.

Ante estas circunstancias, es el momento de estar alertas y observar bien el escenario político veracruzano. La profundidad es obligada, mirando en un sólo plano y con detalles finos. Hace doce años, la percepción errónea de un contendiente llevó a un potro a obtener una victoria inesperada.

 

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