En el estado de Veracruz pocos municipios se salvan de las corruptelas, ineficiencias y desorden de sus alcaldes. Parece que solo Orizaba y los otros Pueblos Mágicos de la entidad, hacen algo para mejorar la economía regional y el bienestar de sus habitantes, realizando encomiables esfuerzos por llevar turistas nacionales a esas poblaciones. 

Los demás municipios arrastran pérdidas, más que ganancias sociales. Varios de ellos con montos pendientes de comprobar ante el ORFIS. O disminuidos porque han sido parte, o inocentes víctimas de una mala época para la administración pública en general.

 Con todo y que Veracruz es el municipio con mayor presupuesto y que tiene un alcalde con apellido poderoso, la fórmula no ha resultado efectiva; los resultados de gobierno son irrelevantes.

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El edil Fernando Yunes Márquez sigue al pie de la letra la enseñanza paterna. Habló mal, criticó y echó los perros a su antecesor en el cargo. Finalmente demostró que no fue mejor en ningún sentido y que en el largo tramo que le falta, igual que Miguel Ángel Yunes Linares a los veracruzanos, no entregará nada a los habitantes del puerto, salvo habladas, prepotencias e inoperancia.

Fernando Yunes tiene al municipio en el descuido total, sin obra importante y entre los más inseguros del estado, junto a Coatzacoalcos, Córdoba, Poza Rica, Minatitlán, Acayucan y Xalapa, territorios donde los hechos criminales crecen día a día gracias a la inacción, la falta de compromiso y la comprobada mediocridad de sus autoridades.

Los veracruzanos recuerdan los azules días del panismo-perredismo arrodillado ante la familia del estero durante dos años. En 2017 el exsenador Fernando Yunes se convirtió en alcalde y no pocos ciudadanos esperaron un cambio que marcara diferencia en el puerto. En catorce meses de pobre gestión, el deportivo munícipe demostró que no sabe de resultados. Menos ahora sin su agobiado padre y sin su derrotado hermano Miguel, impulsándolo tras bambalinas.

En esa estéril depresión estaba, cuando se apareció la oportunidad de ir a Estados Unidos a presenciar en vivo y con cerveza al lado, el esperado encuentro final del futbol americano en Atlanta: el Super Bowl entre los Rams y los Patriots. Organizó a su pandilla, salieron a divertirse y a que Fernando aliviara el descomunal cansancio de posaderas adquirido en la silla del ayuntamiento junto a Los Portales. 

Los quisquillosos jarochos y los huaqueñosendiablados contra el junior, poco tardaron en encontrar una multicolor fotografía que relatara la magnífica distracción de los portentosos viajeros.

Una obediente regidora salió a justificar o terminar de testificar el viajecito de Chiqui Bowl Yunes. Mientras tanto, que se caiga el mundo, que los demás alcaldes sigan haciéndose bolas, y que Veracruz siga esperando.

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