Hace más de una década que esta entidad federativa observa más oscuros que claros en su desarrollo. El decaimiento inició cuando el gobierno acudió a los bancos a buscar la solución financiera a los graves problemas de Veracruz. Casi al mismo tiempo empezó el crecimiento de los asesinatos y hechos criminales adjudicados a los cárteles del narcotráfico. 

Y también desde esa época empeoraron los índices de corrupción y los problemas de impunidad que no dejan de sorprender a la sociedad. En el periodo de Miguel Alemán hubo cárcel para un coordinador de comunicación social y para un director general del organismo de vivienda, e inhabilitación por diez años para una joven subsecretaria de medio ambiente que mal utilizó el presupuesto institucional. Después, y como todos saben, cayeron en prisión un exgobernador y algunos prominentes políticos del fidelismo y el duartismo. 

En estos días se habla de reiteradas ineficacias y complicidades del fiscal Winckler, también de tremendas corruptelas en el bienio de Yunes Linares y de irregularidades y de actuales sospechas por adquisiciones y arrendamientos de patrullas policiacas y oscuros refinanciamientos de la deuda estatal, acusando que de lo que se paga anualmente (4,500 mdp), solo el dos por ciento va a pago de capital.

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Por estas causas Veracruz no ve un horizonte claro, y casi nada ayuda un gobernador que comunica poco y resuelve igual. Se terminó de comprobar esto en su desafortunada conferencia de prensa del lunes que pretendía aclarar el ya famoso tema de las patrullas de seguridad pública, criticada por todos. Por si faltaran hechos negativos, se le han venido encima los crímenes de los grupos delincuenciales, que ya estaban antes de que él llegara al palacio. Pero también han caído sobre él, las deficiencias, las irresponsabilidades y la atroz impericia de la mayor parte de sus colaboradores. Sus diputados morenistas y asociados tampoco le ayudan mucho a rescatar al estado.

La inversión pública está por los suelos, y la queja natural de los constructores veracruzanos es comprensible, cuando los pocos contratos de obra se adjudican a empresas provenientes de otras entidades federativas.

De los pocos claros que se perciben en el panorama, se tiene que aceptar que algún respaldo significativo representa las mensuales o bimestrales entregas de apoyos económicos de la federación a adultos mayores y becarios. El otro aspecto positivo es el constante incremento de las remesas en dólares que los migrantes envían a los diferentes municipios desde los Estados Unidos. 

Respecto a las salidas en batería del propio Cuitláhuac García, de Zenyazen Escobar o de Eric Cisneros, el intento es bueno, pero las maneras resultan insuficientes. El gobernador no aclaró a qué empresa le arrendó las multicitadas patrullas motivo de especulación ciudadana y periodística. Ojalá y no sea la misma (de origen mexiquense) que nos ha venido rentando vehículos (caso SEDESOL) y cambiando luminarias desde hace varios años.

A Zenyazen le falta dar nombres de sus 200 aviadores detectados en COBAEV, profusamente mencionados en medios; Eric Cisneros necesita operar con guantes de seda sus reiterados escarceos y balbuceos para expulsar al escurridizo e indeseado Fiscal.

Un estado en crisis, sin inversiones, desempleado, en pobreza creciente e intimidado y asustado por la delincuencia, es lo que representa Veracruz en este 2019. En el sexto mes cuitlahuista, no se percibe agenda política o económica para el desarrollo y el progreso.

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