El trompo es uno de los entrañables juguetes mexicanos de las viejas generaciones y que casi no se usa en la actualidad. Contiene en su interior un espacio hueco -hermético y vacío- que produce un peculiar sonido cuando el artilugio se suelta de su cuerda enrollada y empieza a girar en el piso o en cualquier superficie plana. Si es de buena madera y está bien fabricado, podrá girar y hacer ruido por algunos minutos. De ahí proviene la coloquial expresión “te mueves como trompo chillador”.
Y la explicación viene a cuento en estos tiempos en que a nivel nacional se habla de la refundación del PRI, de que nombraron como dirigente a una famosa y prominente priista y de que Carlos Salinas de Gortari anda moviéndose para ver qué recoge de esas ruinas políticas.
También viene a colación en Veracruz, en estas semanas en que un insistente grupo de empresarios está reclamando viejos adeudos al gobierno en turno; época en que también algunos buenos lloradores andan acomodándose en las escasas posiciones que logró conservar el PRI local después de la debacle electoral; y también, una etapa en que algunos malos chilladores se andan apareciendo en eventos de festejo con los morenistas triunfadores, para ver qué puestos de gobierno pueden negociar en su favor.
Y el origen de todo eso en Veracruz, como en el caso de Salinas, en la Ciudad de México, puede venir de un mismo domicilio. Para llegar a esta conclusión local, sólo basta analizar algunos pequeños y reveladores aspectos: “Ahí está el detalle”, diría el recordado Cantinflas.
En los días de lucha y después de la elección del primero de julio, se observó que hubo un solitario ganón que no perdió nada: Héctor Yunes, quien aplicó a cabalidad la reciprocidad con Pepe y ganó posiciones para él en el congreso federal y para su hija y tres gentes cercanas en el congreso local. Antes había conseguido algunas delegaciones federales para sus alfiles políticos.
En el partido tricolor de Veracruz -que está apagando sus últimas cenizas-, no deberá extrañarnos que en los meses siguientes aparezcan también personajes de la generadora cuadra hectorista.
Entre los empresarios que durante esta semana están reclamando a Yunes Linares cuentas pendientes de hace dos o tres, o cinco años, aparecen también personajes ligados al movimiento generacional.
Aunque, en este ejercicio de cobranza, algún avezado observador, podría encontrar que ese extraño movimiento tiene más que ver con la intención de enturbiar el escenario a Yunes Linares y obstaculizar o posponer la intentona azul para designar a 12 magistrados y al fiscal anticorrupción. Cualquier niño de la política entiende que detener esos nombramientos ahora, posibilita la llegada de otros trompos chilladores a la próxima y austera época garcianaen el palacio de Enríquez.
Y en esa posibilidad, vienen a la terca memoria aquellas murmuraciones que llegaron a los medios en el sentido de que dos candidatos a la gubernatura de hace dos años, coincidían en Casa Veracruz para gestionar apoyos en metálico.
Ya veremos si Cuitláhuac olvida ese pésimo momento, y vislumbra que esas amistades pueden contaminarlo de viruela. Esperemos que el próximo mandatario veracruzano sea precavido y no se eche un trompo choleño en la uña.
Y es que no se puede negar que en este año el espacio de juegos está lleno de decenas de políticos que andan como trompos chilladores.


