El diputado Sergio Hernández Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso estatal, olvidó las palabras que pronunció en los primeros quince días del mes de diciembre pasado. En aquella ocasión dijo cosas como éstas: “Veracruz no necesita de mezquindades, ni egoísmos, ni protagonismos. Veracruz necesita realmente políticos de altura. Aquí no habrá nada de maletines para tener votos”. A seis meses de distancia su cabeza e intereses navegan en otros mares.

Después de observar su comportamiento errático de las últimas fechas, así como las reiteradas muestras de conducta inapropiada e indecorosa que se ha descubierto en no pocos legisladores del Congreso, la primera pregunta que surge es lo incongruente que resulta a la sociedad el exagerado calificativo de “Honorable” que quizá desde su origen, se le otorga en documentos, discursos y actos oficiales a la Legislatura del Estado de Veracruz.

Esta reflexión se hace después de observar los cada día más frecuentes escándalos y superficialidades en que se han involucrado varios de los diputados locales, deshonrando con su infame proceder a uno de los tres poderes del Estado.

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Con esos constantes sainetes, lo que se percibe es la poca formación, la ínfima trayectoria y la nula capacidad profesional con que cuentan muchos de estos mal llamados representantes populares. Porque a nadie en su sano juicio, le gustaría ser representado por gente de esa calaña, que por lo que se ve, están empeñados en exhibirse impúdicamente a la menor oportunidad.

Primero, los danzantes pasos para acá y para allá de diputados como el de Pánuco, San Andrés Tuxtla y algún otro, que saben moverse de acuerdo al son y al cencerro que les tocan desde las alturas. Desde luego, con base a intereses económicos.

Después, el penoso caso de Eva Cadena y sus 3 videos en que monetiza su actividad. Pero el caso más reciente, es el protagonizado por el mencionado coordinador de los diputados del PAN, quien en su torpeza e inmadurez nunca pensó que alguien viniera a ponerlo en su lugar, a exigirle cuentas y a demostrar la baja manera en que opera esa encomienda.

Es posible que la diputada Cinthya Lobato, que sabe comportarse como una verdadera loba, cansada de esas muestras de poder e ínfulas de su inexperto colega, decidiera ponerlo en su lugar y hacerle notar que sabe con detalle del manejo oscuro de los recursos asignados a ese grupo parlamentario. El golpe fue directo a la cabeza, tanto que otros irresponsables diputados que hacen afinado coro, inmediatamente se dieron a la tarea de atacar a su propia compañera con el fin de desacreditarla.

Se observa que el de Cinthya fue un trancazo seco a la honorabilidad del panismo, que había que difuminar ipso facto. De esa forma, el círculo del poder estatal, con el fin de distraer a la sociedad, sacó a relucir un video sobre Héctor Yunes y los supuestos recursos que le dieron los duartistas para su campaña a gobernador.

Por lo que se deduce con este manejo contingente de control de daños, y ante tanta falta de preparación y ausencia de valores en esta sorprendente diputación local, seguiremos viendo chismes, ineficiencias, ejemplos de corrupción y todo lo que a estos señores y señoras se les ocurra, de aquí a que se llegue la fecha en que se vayan con las vestimentas terminadas de manchar y las alforjas llenas, gracias a las componendas para dar su voto y otras cosas. Porque con ese tipo de personajes, es seguro que jamás veremos lo que debiera ser un eficiente ejercicio parlamentario.

Por lo pronto, el video hectorista, no sirve para acallar y distraer el tema de los dineros desaparecidos de la coordinación legislativa del PAN.

Ese asunto presenta mucha pestilencia en el fondo.

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