Las cifras de decesos a causa del coronavirus, mantiene altos porcentajes y números totales en los municipios de Nanchital, Veracruz, Coatzacoalcos, Xalapa, Poza Rica, Minatitlán y Córdoba. En números gruesos, el estado llega a tres mil ochocientos fallecimientos y más de veintiocho mil casos confirmados.
Pero lo más preocupante es el nivel de contagio que no muestra descenso en varios municipios, principalmente en Orizaba, Xalapa, Poza Rica, Boca del Río y Veracruz. En el mes de agosto, los contagios en Orizaba subieron un 92 por ciento (de 825 casos confirmados, a 1,586); en Xalapa se incrementaron un 54 por ciento (de 1,165 se pasó a 1796 casos). Pero también alerta el crecimiento que se da en lugares como Poza Rica, con un 37%; en Boca del Río, con un 30% y en Veracruz, con un 28%.
Las intenciones o disposiciones con fines productivos, para pasar del semáforo rojo a otros colores menos alarmantes, deben verse con sumo cuidado por las autoridades, los sectores sociales y las propias familias que desean normalizar su vida. Y no ayuda mucho el discurso de la normalidad y del reencauzamiento de las actividades, que impulsa el gobierno federal, no siempre con el respaldo de los gobiernos estatales, que ven un riesgo serio en esas medidas.
Los medios de comunicación y las redes sociales siguen revelando que la pandemia no amaina, si bien es cierto que la población asume una mayor responsabilidad y adopta las recomendaciones que continúan difundiéndose.
También dan a conocer las noticias de enfermos graves que fallecen a las puertas de los hospitales en los accesos, en taxis, vehículos particulares o en ambulancias que se dirigen a los nosocomios.
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De igual manera se insiste en que las muertes ocurren en cantidades más grandes que las reconocidas por el gobierno. Por ejemplo, miles de personas que murieron en los domicilios o a causa de enfermedades relacionadas (como influenza o trastornos respiratorios). Quizá la numeralia definitiva alcance a duplicar o triplicar los datos hasta ahora proporcionados por los responsables de las instituciones de salud.
Pero además se sabe de muchas personas que pierden la vida a causa de otros padecimientos graves que no son bien atendidos en clínicas de gobierno donde se está dando prioridad a los infectados por coronavirus.
Las vacunas en proceso de verificación de efectividad y potencia, llegarán a los usuarios dentro de varios meses más, y los climas fríos invernales que se aproximan, hacen predecir rebrotes o que se incrementará el número de decesos.
Orizaba y Xalapa, ubicados cerca de sierras, volcanes y altas montañas, precisan de estrategias preventivas y de control y contención social, para que no haya sorpresas terribles en diciembre, enero y febrero.
El gobierno, el sector empresarial, la sociedad y, principalmente las familias de estos municipios, no deben bajar la guardia, la preocupación constante y los rigurosos cuidados preventivos.
