Los debates del fin de semana mostraron que sí hay muchas posibilidades para la oposición conformada por la alianza PAN-PRI-PRD en su objetivo de ganar la gubernatura de Veracruz y la presidencia de la república.

El debate del sábado en Xalapa confirmó dos cosas: que la corrupción está hundiendo a Rocío Nahle y que la ingeniera petrolera necesita leer las respuestas ya que carece de conocimiento de temas que no sean de petróleo o energía. Y en esto último surge una pregunta: si el conocimiento de estos dos últimos temas en tantos años, no le brindaron resultados aceptables en el gobierno federal, cómo sería su actuación en aquellos temas que le son ajenos, como serían los de la agricultura, la creación de empleos o la procuración de justicia y seguridad pública.

Pepe Yunes la acribilló consistentemente en el MAX aludiendo a su condición zacatecana y a su colección de propiedades millonarias, sin dejarla respirar, acusándola de corrupción, de traidora y de incompetente. Por otro lado el peroteño dio cátedra de administración pública y de gestión de recursos en sus años como legislador. 

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AMLO debe estar preocupado porque su amiga y protegida está dejando la cabellera en la cerca del corral veracruzano. Y el candidato Deschamps, al final terminó enterrándola, cuando dijo que ella, de ganar la elección, podría quedar en condición de adquirir otras 10 residencias, con lo que le terminó dando la razón a Pepe.

Y si se analiza el debate presidencial del domingo por la noche, puede afirmarse que Xóchitl Gálvez corrigió sobradamente su actuación del primer debate y venció esta vez la inútil frialdad y concentración de Sheinbaum, llamándola incluso narcocandidata y corrupta, cuando aquella le quería endilgar corrupción por contratos de obra en su época de funcionaria. 

Xóchitl manejó muy bien su información técnica y de propuestas, cuando Claudia hacía ver su propensión a incrementar la entrega de dinero público a beneficiarios de programas sociales, sin mencionar cómo conseguir los recursos para ello. Algo destacable para Veracruz fue su apoyo a Pepe Yunes, adelantando la derrota de Nahle por su enorme corrupción. 

Y bien alertó la hidalguense que si ganaba su contrincante, a Sheinbaum se le iba a caer el segundo piso de la transformación, que viene anunciando desde hace mucho. Gustó cuando presumió que a ella no la tripula ningún hombre y que tenía voz propia. 

Falta un debate para la gubernatura de Veracruz, y uno también para la presidencia de la república. El balance resultó favorable para la oposición azul, tricolor y amarilla. Pepe Yunes y Xóchitl Gálvez siguen ganando puntos y adeptos, demostrando que se puede hacer un trabajo decoroso y firme, a sabiendas de que López Obrador dispone de todos los recursos y del aparato burocrático para mover la elección conforme a sus intereses continuistas.

El trabajo de la sociedad y la participación ciudadana serán definitorios en los siguientes 33 días y el domingo del 2 de junio, si quieren el triunfo de Pepe y Xóchilt. De los partidos políticos y sus dirigentes no se espera nada, ellos están ocupados en el embolse de las prerrogativas para sus familiares y amigos. 

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