Por lo que vivió esta entidad federativa durante los últimos años, los veracruzanos percibieron al entonces candidato Miguel Ángel Yunes Linares, como la mejor e inmediata posibilidad de un cambio en la forma de llevar el gobierno estatal y, sobretodo, de castigar con energía a las bandas de delincuentes que asolaban a la población: al incontrolable crimen organizado, que mantiene aterrorizada a la sociedad en casi todos los municipios, y también, a los cercanos colaboradores y familiares de Javier Duarte, que se apoderaron de miles de millones de pesos durante su abominable gestión.

Sin embargo, en estos primeros seis meses que el gobernador Yunes se ha desempeñado en el cargo, los que votaron por él, y los que no creyeron en sus propuestas, están observando su tendencia a administrar de manera astuta las difíciles y anómalas circunstancias que encontró en la administración estatal, manejándolas de un modo alejado a los intereses de la sociedad, haciendo recordar con su estratégica gestión de resultados a cuenta gotas, la cadenciosa e hipnótica canción del compositor caribeño Luis Fonsi que le ha dado la vuelta al mundo. En efecto, todo demuestra que en el palacio veracruzano, las cosas van despacio. Que es mejor ir haciéndolas despacito.

Hasta ahora, después de un semestre esperando el cambio que no llega y de que hay poquísimas obras públicas estatales, se observa que la criminalidad y los delitos siguen en aumento y las hordas de delincuentes de cuello blanco que asolaron las oficinas públicas, están siendo detenidos poco a poco, como con calendario, sin que aparezcan los miles de millones que se perdieron, y que oportunamente informó y denunció la Auditoría Superior de la Federación.

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Hace pocos días el contralor del estado habló de 59 ex funcionarios denunciados y de que están involucrados otros 150 de niveles inferiores. Pero si ese es el número de ex colaboradores implicados en el desfalco, porqué hasta ahora son muy pocos los detenidos. Pareciera que el tema se está administrando pasito a pasito, de aquí a la próxima elección, donde justamente los veracruzanos ponderarán si otorgan su voto en favor del príncipe del estero.

Seguramente debido a la juguetona estrategia del gato y el ratón que el gobierno estatal aplica a esos ex funcionarios de cola grande, es que varios de ellos ya empezaron a chillar y a correr hacia subterráneos refugios donde difícilmente los encontrará el fiscal de las redes sociales.

Luego entonces, en los meses que vienen estaremos viendo las pocas acciones de gobierno que se realizan y publicitan en Facebook, y los anuncios reiterados de bienes incautados, de convenios con socios delatores y otras decisiones al estilo imperial. Y es posible que, por fin, los veracruzanos estemos viendo un número de procesos y detenciones acordes al monto del tesoro robado, así como la devolución al erario de aunque sea ínfimos recursos recuperados, provenientes de las terceras partes de los ranchos, departamentos, haciendas, caballos, joyas, pinturas valiosas y otros etcéteras.

Y también seguiremos escuchando las frecuentes leyendas del famoso vómito alimentador de campañas.

Pero será conforme las circunstancias lo exijan. Esto hay que tomarlo sin ningún apuro. “Sabes que llevo rato mirándote…me voy acercando y armando el plan. Despacito.”

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