Con sus irresponsables declaraciones del lunes sobre los padres de los niños con cáncer que reclaman el derecho a la salud de sus hijos, el doctor López Gatell está cerca de convertirse en el odiado Santa Anna de la 4T. Porque asociar a un intento de golpe de Estado el legítimo reclamo de los angustiados jefes de familia, constituye el mayor despropósito mostrado por este obsecuente colaborador de AMLO. 

Y no faltarán los adormilados morenistas que califiquen de simples expresiones superficiales las equivocadas palabras vertidas seguramente con afanes de acrecentar el ruido ambiental para hacer olvidar el trancazo mediático que el reciente accidente del Metro está representando para el presidente y sus afanes sucesorios. 

En febrero pasado cuando se conmemoraba el Día Internacional del Cáncer Infantil, algunas organizaciones ciudadanas y diversos médicos y académicos del país, informaban que en México cada año se diagnostican cinco mil niños afectados por el cáncer en sus diferentes variaciones.

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Por esa razón y ante lo oneroso de los tratamientos médicos, el Estado es el que ha tenido que costear la atención a esos niños. La enfermedad resulta ser uno de los padecimientos que lesiona significativamente la economía familiar. 

El problema ha crecido durante este régimen de gobierno debido a los significativos recortes presupuestales ordenados desde palacio nacional para reorientar esos recursos a los grandes proyectos como son la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, el proyecto del Corredor del Istmo de Tehuantepec o el Tren Maya.

Pero también han aparecido otras acciones prioritarias para López Obrador, como las cuestionadas becas a los jóvenes ninis, la creación de los bancos del bienestar y las universidades Benito Juárez o el sorprendente apoyo a la construcción de estadios y al desarrollo del deporte del béisbol.

Uno de esos casos sorprendentes en tiempos de crisis es el gasto de 98 millones de pesos que la SEDATU realiza en Chiapas para modernizar el estadio del equipo de béisbol Guacamayas de Palenque, cuyo fundador y promotor es el señor Pío López Obrador.

Pero también en Veracruz hay insensibilidad en el gobernador Cuitláhuac García, quien hace pocas semanas presumía sus apoyos e inversiones estatales para el equipo Águila y para la escuela de béisbol en Boca del Río. 

Ese mismo día del inicio de la serie, un grupo de atribulados padres de familia habían recorrido las calles del puerto por la mañana pidiendo apoyo para sus hijos que requieren tratamientos oncológicos, sin obtener respuesta oficial a sus gestiones.

Mientras tanto los periódicos nacionales insisten en que la cancelación del Seguro Popular y la disminución de los tratamientos contra el cáncer habían producido serias tragedias: los indignados padres de familia comentan que las decisiones del ejecutivo federal han llevado a la muerte de mil 600 niños mexicanos.

¿Será ese indignante resultado menos importante que cualquier jonrón del juego obradorista? 

Por lo que opina la sociedad, parece que ahora sí, AMLO se pasó de la barda.

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