29.02.2016

Entre más se conocen las irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), a la Cuenta Pública 2014, en mayor medida se observan las excesos que han cometido los funcionarios públicos de Veracruz. La labor que emprenderá el máximo órgano de fiscalización del país se conoce grosso modo. De momento no se habla del manejo de los “fondos ilícitos” y su malversación. Eso significa que la realidad sigue superando el libro de la ASF.

El Informe de Resultados de la ASF dice que de 2011 al 2014, Veracruz tiene pendientes de solventar 35 mil millones de pesos. De ese importe el Contralor General del Estado, Ricardo García Guzmán, asegura que se cuenta con la documentación suficiente para modificar lo encontrado por el Auditor Superior, Juan Manuel Portal, pero sólo en un 40 ó 60 por ciento.

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Suponiendo sin dispensar, 18 o casi 21 mil millones de pesos “se manejaron limpiamente, están justificados” pero los otros 14 o 17 mil millones de pesos ¿dónde están, que sucedió?. Las cifras en porcentaje o monto son asombrosas. Si bien es cierto que el asunto se encuentran en proceso de solventación, porque así lo determina la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación, todo hace suponer que “viene lo mejor”.

En las famosas cuentas de egresos hay un tema que llama la atención: el “gasto político”, dicho de otra forma, “las partidas secretas”. En Estados Unidos, y con su cultura contable, esto se conoce como “slush fund”, que traducido al castellano es “fondo ilícito”, no hay rendición de cuentas sobre su administración.

A pesar de que no existe rendición de cuentas en el manejo que hace la administración pública sobre el “slush fund”, eso no significa que los gastos no deban estar documentados. La chapucera partida permite meter cualquier gasto, desde las manifestaciones manipuladas hasta los varios y vaya que los varios son extensos. Veracruz del 2011 al 2014 ha manejado casi 5 mil quinientos millones en este rubro.

Esta exquisita partida presupuestal la maneja, regularmente, el área política del gobierno para “contener y resolver” los apremiantes problemas sociales, hasta las exquisiteces y caprichos de funcionarios con privilegios especiales.

La ASF, el SAT e incluso la Secretaría de la Función Pública abrieron una investigación minuciosa porque se habla de que en las “comprobaciones” existe supuestamente documentación falsa y evasión fiscal de parte de los beneficiarios, situación que alertó a las mandos federales.

El nuevo episodio descubriría a un ex funcionario público “chirinista”, que hasta julio de 2015 administraba los recursos de la Dirección de Administración en la Secretaria de Gobierno de Veracruz y recientemente fue galardonado con la medalla al Mérito Ciudadano “Desiderio Pavón Hernández”, con el beneplácito de los familiares del Contralor del Estado.

Estos indicios parecen inquietantes. Si se mira un poco más lejos, todo indica que el asunto está manoseado por un zafio con las uñas sucias. La evasión forma parte de la vida real. (AF)

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