5.04.2016

El elefante es uno de los animales terrestres más grandes que existen. Su periodo de gestación es de 22 meses. También conocidos como paquidermos, les gusta andar en manada y revolcarse en el lodo para evitar las picaduras de los mosquitos. Se les atribuyen una gran variedad de comportamientos asociados a la inteligencia, como el duelo, el altruismo, la compasión y el autoconocimiento. Sin embargo, debido a la ubicación de sus ojos, no distinguen con claridad las cosas pequeñas que se mueven delante de ellos. El ratón o la mariposa suelen ponerlos inquietos, nerviosos o agresivos.

En el mundo antiguo se llegó a pensar que la tierra era un disco sostenido por cuatro elefantes parados sobre una tortuga enorme. Desde la más remota historia se sabe que los elefantes conducen y aguantan grandes pesos. Los niños los recuerdan por su trompa y sus enormes orejas y colmillos.

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A propósito de elefantes, el equipo de campaña del candidato del PRI, Héctor Yunes Landa, nos lleva a recordar una de las rondas que todos jugamos y cantamos cuando niños. Aquella cancioncilla infantil con una progresión aritmética que a muchos nos resultaba aburrida y hasta soporífera. Esa que narra la resistencia de una telaraña que tiene la virtud de soportar, sin romperse, desde uno hasta cien elefantes (o “elefantas”), o más. La que dice que “un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía, fue a buscar a otro(a) elefante; dos elefantes se balanceaban…”, etc., y así hasta el infinito que se le ponga a la santa voluntad del cantor o protagonista principal.

Lo decimos por la cantidad de personajes que como “elefantes y elefantas” de aquella ronda infantil, se ha arrimado el candidato para el desarrollo de su campaña, sin que parezca importarle si la red les va a resistir, o si todos ellos le pueden sumar a su causa política. Recuerdan a las quimeras y a los fósiles de las simas marinas. O en el peor de los casos, a aquellas cosas que cuesta mucho mantener y cuya utilidad es escasa o nula, es decir a elefantes blancos.

Es cierto que el equipo al que nos referimos tiene dos o tres elementos de gran valía, pero creemos que el candidato tendrá que cuestionarse si todos los que están ahí son los que deben estar.

Una campaña no es una ronda infantil o un aparato que se mueve con ocurrencias vestidas color de rosa, disfrazadas de vanguardia estratégica de última generación. La campaña será un ejercicio de sumar, sumar y sumar votos para el día 5 de junio, asegurando que lleguen a las urnas electorales para su causa.

Ojalá y el candidato descubra que no está en el mundo lento y tranquilo de los paquidermos y pueda sacudirse el lastre y los pesos muertos que lleva a los costados, antes de que puedan romperle la red y llevarlo al suelo. (AF)

 

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