José Antonio Flores Vargas

El escritor español Néstor Luján y Fernández, en su libro “Cuento de cuentos”, relata que en un artículo anónimo, publicado en la revista Por esos mundos, editada en Madrid allá por el año de 1900, se explicó el origen de la frase “la carabina de Ambrosio”.

Según ese relato, Ambrosio fue un labriego que vivió a principios del siglo pasado en Sevilla, que tuvo la idea de abandonar la dura labranza, para dedicarse a la lucrativa tarea de salteador de caminos.

Pero las cosas para el esforzado ex agricultor no resultaron sencillas. Con todo y su inseparable arma, los caminantes a los que asaltaba, siempre le tomaban a broma, ya que su candidez era bien conocida en la comarca y todos sabían que era incapaz de hacer daño a una mosca.

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El bueno de Ambrosio se veía así obligado a retirarse de nuevo a su casa, maldiciendo la ineficacia de su carabina, a la que achacaba la culpa de imponer poco respeto a los que él sorprendía en la soledad del campo.

Quizá por este antecedente, en esos años y en los tiempos iniciales del “generalísimo” (por la gracia de Dios) Francisco Franco, se tenía por costumbre que una mujer, a la que llamaban “carabina”, sirviera de acompañante en los paseos de las parejas de novios.

Su encomienda era la de evitar que hicieran cosas consideradas no decorosas, como abrazos, besos o caricias, lo cual era difícil de conseguir, incluso en esa recatada época.

Estas jocosas historias vienen a la mente cuando uno lee las notas periodísticas del día de ayer, en las que el diputado Francisco Garrido Sánchez, hace referencia a la intención de que haya una rápida revisión de la Cuenta Pública 2015, y la posibilidad de que sea aprobada durante un lapso no mayor de 15 días, que son los que escasamente dispondrá la Comisión de Vigilancia, antes de concluir su gestión esta honorable Legislatura.

Francisco Garrido, haciéndole al moderno Ambrosio, ya nos deslizó el comentario, en el sentido de que el breve tiempo que tendrán para ello no será problema, toda vez que “los diputados ya conocen como andan las dependencias y entidades del gobierno”, y podrán dar el sí o el no en su dichosa revisión.

Si la Cuenta Pública 2015 obtiene la aprobación soñada por el régimen de Javier Duarte, habremos comprobado que en efecto, la Comisión de Vigilancia es una triste carabina de Ambrosio.

Pero considerando que el pueblo veracruzano tampoco cree en la candidez de los diputados que la conforman, esa aprobación extra rápida, será la confirmación de que la triste e inútil carabina, nos la vendieron como una verdadera carabina de oro.

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