En una época de nidos cuatroteros, de polluelos hambrientos, de halcones acechantes y de buitres carroñeros, la gente no tiene muchas oportunidades de encontrar la auténtica verdad y todas las explicaciones convincentes que satisfagan la opinión crítica de la sociedad mexicana.
Y en Veracruz la población se aproxima a conocer cómo es que quiere la ingeniera Rocío Nahle que la historia la califique y juzgue, considerando que es ya la primera mujer que asume la titularidad del poder ejecutivo estatal y con ello la posibilidad de ser la mandataria y gobernante de Veracruz.
Y una de esas oportunidades que se convierte en documento oficial, es el Informe de Gobierno, que para esta entidad se rinde cada año en el mes de noviembre. Es una oportunidad para Rocío Nahle y para los veracruzanos, a la par y con similar valía.
Entre los temas que sí o sí tienen que aparecer en el Primer Informe, se encuentra el ya añejo tema del Nido del Halcón, la obra cumbre de Cuitláhuac García, que se originó en 2022 y que cumple cuatro añitos esperando consolidarse hasta su inauguración. Una obra que se ha retrasado, que ha subido de costo, triplicándose o cuadruplicándose, que no se sabe cuándo concluye, y que para su desgracia, ha tenido innumerables cuestionamientos, críticas sociales y observaciones serias de los máximos órganos fiscalizadores.
A ver si la señora Rocío Nahle dice algo de la situación legal y planeación de la obra, de su proceso de licitación, de la contratación y fianzas de cumplimiento, de sus costos, sobrecostos, obras adicionales y complementarias, convenios de ampliación, y sobre todo, de la situación de las observaciones y fallas que se hubieran detectado, y que por fin, se informe para cuándo entra en operación, y que con la mano en su corazón que ama a Veracruz, ella garantice que la obra no va a generar ningún daño a los usuarios de esa edificación, a los deportistas y espectadores, al erario tan agujerado y a la ecología, a los vecinos y los predios adyacentes.
Ya se verá si Nahle, al modo de la presidenta Sheinbaum, lo refiere como asunto menor y también dejando sentir en el texto del Informe, la obradorista “honestidad” del primer hombre del Atanasiato, y con ello, terminar de decepcionar a los veracruzanos que cada vez más la ven con ojos entrecerrados y dudas como que se abren como coloridos abanicos tlacotalpeños.
O por lo contrario, y ojalá y así sea, proporciona cifras reales, asume el compromiso de concluirlo en su sexenio, y que también llamara a cuentas al Cui, (no por aquel tlacuache vivaz que se cruzó por la cancha del Pirata Fuente, una cálida noche futbolera del inicio del cuitlahuismo), sino porque el Cui, también dejó otras perlas al erario, si recordamos el malogrado estadio tiburón y sus fallas y sobrecostos, y el incremento de la deuda estatal, donde varios hincaron diente.
Del Nido del Halcón, se espera que Nahle cuide que no tenga defectos estructurales que pudieran adjudicarse a incumplimientos de la empresa constructora, representada por Manuel Fernández Chedraui, que asegure que no tiene falla de diseño, que tenga los peritajes sobre la calidad de la enorme cubierta, y los correspondientes peritajes sobre protección civil, pero no de la dama actual en ese cargo, quien también ha fallado, a decir de muchos veracruzanos del norte, más allá de Martínez de la Torre.
El Informe de Nahle, una vez oficializado, será un documento serio, o si no tiene formalidad, un simple rollo de papel fino y vacio, eso sí, que estará disponible y a la vista de todos en Internet per secula seculorum.
En unos días se tendrá oportunidad de conocer los auténticos tamaños del Nido, de los primeros polluelos que ahí engordaron, y de las posibles golondrinas que pudieran comenzar a volar este mes.








