Apenas había pasado el católico Día de los Santos Inocentes. El 30 de diciembre anterior, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares presidía la acostumbrada reunión semanal con los integrantes del Grupo de Coordinación Veracruz, enfocada a mejorar la seguridad pública y a disminuir los altos índices de violencia en la entidad.

Al día siguiente, El Universal dio a conocer pormenores de esa reunión en el puerto, informando que el gobernante portaba un elegante reloj de la exclusiva marca Richard Mille, cuyo costo alcanza los 280 mil euros, que equivalen a cerca de seis millones de pesos.

El revuelo y la indignación social causada por esa ostentosa joya, obligó a que el primero de enero de este año, Yunes Linares aclarara que lo afirmado no era cierto, que se había comprado un reloj de regalo para su cumpleaños 65, y que su costo era treinta veces menor de lo que aseguraron. El asunto fue zanjado con una amenaza de denuncia al periódico en cuestión. Fin de esa historia.

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Han pasado los meses, y como lo había dibujado desde muchos meses antes, su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez se inscribió como candidato a la gubernatura en el Organismo Público Local de Elecciones (OPLE).

La instrucción que debe haber girado el gobernador a sus colaboradores, es que la acción gubernamental debe realizarse con puntualidad y eficacia suprema, pero con el mayor apego a la legalidad, para poder coadyuvar con el candidato a obtener la votación que le permita el triunfo electoral el próximo primero de julio.

Y parece que así ha sido. La SEDESOL estatal ha cumplido de sobra y a cabalidad en el tema de los programas sociales yunistas. En esa dependencia hubo un movimiento terso para facilitar la salida de Indira Rosales en busca de la senaduría plurinominal y otras metas a mediano plazo. Como ella sigue controlando las cosas, en su escritorio colocaron a un pobre patán con ínfulas de secretario de despacho.

Seguramente los miles de despensas funcionaron en estos quince meses. La delegada federal de esa instancia en Veracruz, afirmó oronda que hubo millones de veracruzanos que disminuyeron carencias. Y cuando en el desarrollo social algo funciona, es porque los tres órdenes de gobierno funcionaron a la perfección. Anilú Íngram fue la que inocentemente—aunque con piadosas mentiras—se prestó a corroborar la eficacia del asistencialismo alimentario en el estado. Buen punto para Yunes Linares

Otro tema álgido que lograron enderezar como dictan los cánones, fue el reciente traspié del secretario de seguridad pública, ventilado por el periódico Reforma, como un funcionario con ligas y comunicaciones frecuentes con altos mandos del grupo delictivo de los zetas. Una buena conferencia de prensa y una dosis de alta frescura en el rostro del calumniado, permitieron concluir el tema sin réplica alguna.

Y llegó la primavera y la candidatura del primogénito. El tiempo, la estación y la más histórica y memorable Cumbre Tajín organizada en Papantla, hicieron posible, tan sólo en cuatro días, la visita al sitio de 400 mil visitantes, sí señor. Grandiosos números para un turismo galopante en un estado boyante, tranquilo y seguro.

Y junto con la primavera, la celebración del natalicio de don Benito Juárez, El Indio de Guelatao, como bien nos recordó la oradora oficial en el acto. Y no podía faltar el collar de perlas que mostró el discurso de la directora de asuntos indígenas, sobre el cambio alcanzado con Yunes Linares en Veracruz. Ante el micrófono del patio central del palacio, afirmó segura (en su cargo) la valiente mujer:

El gobierno actual «nos ha demostrado que comparte la misma visión del estadista…Con la misma sensibilidad que el pensamiento juarista, este gobierno ha invertido en restablecer el estado de derecho, el combate a la impunidad y el combate a la pobreza…Rubros que pasarán a la historia como logros del Plan Veracruzano de Desarrollo…El Veracruz que encontró este gobierno, semeja al México rescatado por Juárez…Un gobierno reformista, sensible, incluyente y respetuoso».

El héroe oaxaqueño debe haberse sumido en su tumba ante semejante pieza oratoria. Mientras tanto, algún alto personaje debe haber comprobado que el gabinete yunista opera como maquinaria de relojería. Sin duda, un equipo que funciona como relojito. El relojito de Yunes Linares.

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