Los graves problemas de inseguridad en el territorio, la desatención del sector salud, la ausencia de política social y de obra pública relevante y la evidente incapacidad e irregularidades en que incurren varios funcionarios cuitlahuistas, constituyen el inocultable sello del gobierno morenista de Veracruz.

Antes del catálogo de promesas vanas de Cuitláhuac García, el estado se sumergía en una deuda difícil de manejar, en frecuentes subejercicios presupuestales y en reiterados casos de corrupción, que se creía, terminarían con la llegada del nuevo gobierno. Pero no fue así. Recordemos el manoseado caso del primo Eleazar y sus modos administrativos, que ocasionaron la cantada despedida de la primera y galáctica contralora general. 

Vimos el fin de semana pasado el augurado cese por corrupción y marrullería de la directora del DIF estatal, instancia que, según los enterados, se convirtió en graciosa posición de poderoso caballero del puerto de Veracruz, un comerciante de apellido Lara.

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Y en paralelo con la visita del titular de la Secretaría de Hacienda (SHCP) el viernes, el sector empresarial de Veracruz sufrió un nuevo embate del desatado y mañoso procurador del medio ambiente, Sergio Rodríguez: el sello de clausura de la obra de construcción de una plaza comercial en la avenida Europa de Xalapa, frente a Plaza Calabria. 

Una perfecta coincidencia para que Sergio mostrara sus dotes mercantiles se daba en ese instante: la empresa estaba por realizar el colado de los techos de la planta baja, con toneladas de varilla expuesta a la corrosión y decenas de hombres haciendo la cimbra y habiéndose realizado los convenios comerciales para aplicar el concreto. 

Cabe señalar que el procurador con derecho a importantes picaportes, ha iniciado su sexenio con un abundante padrón de autoridades y empresarios a los que puede ir a extorsionar con cualquier motivo con la honesta bandera de la 4T, a la que poco le interesa el tema ambiental, por cierto. Y como prueba veracruzana de ese desinterés, ahí está el caso de la secretaria florero de SEDEMA.

Por lo pronto, muchos trabajadores xalapeños fueron afectados al igual que los empresarios y proveedores de esa plaza, como está sucediendo en diversos municipios.

Cuitláhuac García ha cerrado los ojos y permite ineficiencia y abusos de sus funcionarios. Y resulta revelador que la llegada de funcionarios importantes como el titular de la Auditoría Superior (ASF) o de SHCP, de pauta a que se desaten columnas y comentarios sobre la corrupción o el castigo de exgobernantes, no así, el anuncio de obras importantes o programas.

La deuda y su renegociación, la falta de pago de cuotas al ISSSTE o al SAT, el elevado subejercicio del gobierno actual y los increíbles ejemplos de corrupción actual, deben estar motivando estas destacadas visitas a Veracruz. 

Ojalá y el secretario Arturo Herrera se hubiera acordado de supervisar la interminable autopista Laguna Verde-Gutiérrez Zamora (cerca de donde lo llevaron a caminar), cuya constructora tiene sudando en la bolsa 827 millones de pesos del Fondo Nacional de Infraestructura, provenientes de los impuestos que pagan los mexicanos.

Y lo más necesario, que el enviado del presidente López Obrador, le haya dado al gobernador el mensaje andresiano de que no basta envolverse en la bandera de la honestidad, sino que se requieren resultados ya, antes de las elecciones que vienen. Porque nadie cree que el funcionario de hacienda hubiera venido a “constatar los avances y el buen manejo”, como insisten en publicitar. ¿Un viaje para nada?

Desde luego, no se trata de una pasarela semanal, como torpemente difunden. López Obrador va a necesitar rating en 2021. Y el tabasqueño es capaz de echar a los leones al durmiente y honorable gobernador jarocho.

Para salvarse, es preciso que Cuitláhuac entienda el clamor veracruzano y la señal enviada desde Palacio Nacional. Y que de buena vez despida a los mediocres funcionarios que invitó, y en su lugar nombre a otros que muestren más tablas, más compromiso y mayor honradez. 

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