El mundo está rebasando las 260 mil muertes a causa del coronavirus Covid-19. Estados Unidos ha sufrido más de 75 mil fallecimientos y varios países de Europa -Inglaterra, Italia, España y Francia- superaron la cifra de los 25 mil. Como se vea, el 2020 ha sido un año terrorífico para la humanidad. 

Y también ocurren situaciones extrañas. El planeta entero supo del asesinato de un científico que estaba a punto de dar a conocer investigaciones y avances para el desarrollo de un antídoto a este temible mal.

Puede parecer que el siglo XXI estuviera preparando a los habitantes de este planeta para que puedan enfrentar toda clase de calamidades y desastres. La generación millenial lleva la delantera en eso de experimentar hechos terribles asociados a la pérdida de vidas humanas y a las crisis financieras. Tan solo en esta última materia, ya conocieron la crisis económica del 2008 y ahora sobreviven con mucho esfuerzo la de este año por la pandemia de origen chino.

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Entre los eventos calamitosos del siglo a nivel mundial, debe mencionarse el gran terremoto del Océano Índico que ocurrió la mañana del 26 de diciembre de 2004, ocasionando varios tsunamis que mataron a 275 mil personas y devastaron grandes territorios costeros de países como Indonesia, Malasia, India y Tailandia.

Y entre los hechos más terribles que tienen que ver con la política de las naciones, que han causado enormes tragedias y genocidios en pleno siglo XXI, no deben dejar de mencionarse la guerra civil en Sudán del Sur, en la cual han muerto 385 mil africanos y la guerra civil de Siria, iniciada en 2011 que ha provocado la pérdida de 279 mil vidas. 

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En el continente americano ocurre una paulatina matanza, desaparición y desplazamiento de personas que no tiene que ver con temas políticos o religiosos, sino que obedece a una fallida guerra contra el narcotráfico, iniciada por el gobierno de México en el año 2006, la que según el periódico Washington Post y otras fuentes, lleva hasta ahora 250 mil civiles muertos y 345 mil personas desplazadas. 

A esta tragedia mexicana se suman ahora los efectos de la mencionada pandemia del coronavirus, que según las cifras mágicas del doctor Gatell, avaladas por AMLO, no sobrepasan a este día los tres mil muertos, y a decir de ellos, el gobierno de la república cuenta con especialistas, hospitales y medicinas suficientes para afrontar los picos de la epidemia, que prevén no serán tan graves para un país que necesita regresar al trabajo productivo sin demora.

El coronavirus en México se comporta como un problema de cifras raras, de estadísticas manoseadas y de credibilidades al estilo 4T obradorista. ¿O será que para este aguantador y valiente mestizaje, esos números oficiales del Covid, o aquellos que surjan, no parecerán altos nunca, porque la delincuencia está ocasionando a veces más de cien asesinatos diarios, y esto es lo que constituye la verdadera tragedia nacional desde hace mucho tiempo? 

La sociedad espera que el coronavirus no dañe más a un pueblo tremendamente castigado en estos años por la guerra contra el narcotráfico, por la corrupción de sus gobernantes y por el elevado índice de impunidad que han empobrecido al país. La patria mexicana sufre una larga e interminable tragedia.   

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