En una de sus acepciones en el diccionario inglés-español, la palabra “cop” se traduce como policía. Es cierto que tiene otros significados, pero el día de ayer tuvo un tono policiaco en muchas cabezas que no pensaron en confusión propia, cuando el secretario responsable del desarrollo económico estatal sí confundió su cargo y se puso a hablar alegremente sobre temas del conocimiento y competencia del secretario de seguridad pública.

Cuando los reporteros le preguntaban a Ernesto Pérez Astorga los avances de la dependencia a su cargo -la secretaría de desarrollo económico y portuario (SEDECOP)-, el funcionario olvidó su tema y empezó a teorizar y explicar situaciones policiacas que no conoce ni domina.

Dijo que por haber frenado casi por completo el robo de combustible, ahora las bandas dedicadas al huachicol buscaron otra fuente de ingreso. Señaló también que el alza en la inseguridad no es por falla de las instancias encargadas, sino que es la respuesta de las bandas delictivas que se están combatiendo. 

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Poco dijo en relación a su parcela económica, pero el problema que ocasionó en forma de mala epidemia discursiva, es que contaminó al secretario de salud, quien también soltó expresiones desafortunadas de índole policiaco, que corresponderían totalmente al titular de seguridad pública.

No faltó el ingenioso reportero que se acordó del pelotón chiflado del cine y la televisión. Otro comentario es que, a falta de sustancia informativa en las áreas de gobierno, parece que existiera una competencia de merolicos de mercado.

Quizá la víspera del día del amor y la amistad les haya soltado la voz a estos lenguaraces colaboradores cuitlahuistas. O que la ausencia de programas y resultados les obligue a entretener el tiempo para innovar jocosamente las formas de la comunicación social del gobierno.

Con esas actitudes frívolas e irresponsables de los que no funcionan como funcionarios, es muy difícil que el estado llegue a transformación alguna, que no sea la de permutar entre esos vacíos generales sus atribuciones legales como si fueran estampitas de la primaria.

Es bueno que hayan reducido los horarios laborales. Eso permitirá disminuir también el número de disparates y excesos orales en que han incurrido varias de las figuras principales del gabinete. 

O es que se trata de ponencias magistrales presentadas y aplaudidas en las reuniones de conformación del plan estatal de desarrollo. Como sea, no indican estatura, conocimiento o congruencia en los principales mandos designados por el gobernador.

Por lo pronto, ya tenemos a alguien que sólo ha servido para manosear groseramente los asuntos económicos y los de la seguridad pública: un súper secretario “sé de cop”. 

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