¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!” fue el único grito que se escuchó repetidamente en el patio central del Palacio Municipal de Xalapa durante la toma de posesión del primer alcalde morenista de una capital estatal. Hipólito Rodríguez Herrero observaba complacido el atestado inmueble de la calle de Enríquez, envuelto en el calor humano y popular de cientos de simpatizantes y algunos empleados del Ayuntamiento.

Pero el hipo apareció en buena parte del auditorio, en un momento dado del discurso principal, después de los segmentos protocolarios del evento del día en Xalapa, en el que participó obligadamente el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. El nuevo munícipe ofreció mucha honestidad, y horas después amagó con investigar a fondo la operación de cada una de las regidurías, y de ser indispensable, llamar a cuentas a los que fingieron serlo, pero supieron cobrarlo.

En ese momento, seguramente decenas de empleados de confianza sembrados en las diversas áreas, sintieron frío mortal. Y alguna preocupación debe haber pasado también por la mente del director de recursos humanos José Luis Lárraga, al constatar que el nuevo munícipe había dicho lo que dijo.

Anuncios

Vienen semanas de adaptación e integración de los nuevos funcionarios. Se verá si en verdad pueden con el paquete que les obsequiaron Morena e Hipólito, en ese orden, o si tienen que regresar por donde caminaron al palacio.

Veremos, por ejemplo, si el tesorero muestra los tamaños y la responsabilidad que espera Hipólito y la ciudadanía. Veremos también si la síndica y los regidores actúan con congruencia o están para entorpecer al alcalde, que no a Hipólito. Veremos si los directores tienen capacidad de dirección, o son simples seguidores del peje que sólo visten bien el manto o sarape morenista.

Estaremos atentos para ver si las áreas estratégicas para el buen servicio público a la ciudad, no se convierten en apropiadas áreas de sustento a la política sustentable de Morena, como ha sido el caso de la CMAS.

Veremos si el programa de obra pública de Hipólito, en verdad llega a todos los rincones marginados de la ciudad, que hay muchos, gracias a la estrategia centralista del anterior alcalde.

Veremos si el funcionario de desarrollo urbano resuelve, por ejemplo, la invasión imparable y enorme de áreas en breña que están entre la zona de El Olmo y el fraccionamiento Monte Magno y donde desde hace meses se están escondiendo grupos de delincuentes que operan en el fraccionamiento mencionado.

Veremos si los encargados de gobernación y mercados resuelven el ambulantaje y el comercio ilegal y de giros negros y regeneran el inmenso zoco en que convirtieron el Paseo de Los Lagos, uno de los símbolos turísticos de Xalapa.

Estaremos pendientes de que Xalapa vuelva a ser la Atenas tradicional que muchos presumieron.

En realidad, los xalapeños que estaremos en esta ciudad por siempre, esperamos que Hipólito sí pueda, como creen casi todos sus seguidores. Aunque no todos.

Debemos resaltar que Hipólito ofreció honestidad, transparencia y puertas abiertas. A ver si “Andy” lo permite.

No queremos que el primer alcalde morenista de una capital estatal, termine fallándole a los xalapeños.

Por lo pronto, tenemos que esperar a ver si pudo Hipólito Rodríguez Herrero, uno de los pocos alcaldes ilustrados.

“¡Ya veremos!”, dijo el ciego.

Publicidad