Una de las noticias más alarmantes que se publicaron ayer en nuestro país, la dio el portal de noticias Animal Político con el título “Aumenta la violencia en 9 de 12 estados que eligieron nuevo gobernador hace un año”.
Con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el medio informativo hace un análisis de lo ocurrido en esas entidades federativas, señalando que los casos más graves están en los estados de Chihuahua y Veracruz, donde aumentaron las averiguaciones previas por homicidios dolosos y extorsiones.
Estos preocupantes datos, así como las encuestas nacionales recientes sobre confianza de la población, sobre la percepción de los empresarios nacionales, y principalmente, sobre el nivel de aceptación de gobernantes y presidente de la República, nos obligan a considerar que los actuales, son tiempos difíciles para asegurar resultados en las elecciones venideras.
En Veracruz, donde el estado no logra enderezarse y retomar un camino de estabilidad, las cosas no pintan nada halagüeñas en estos días. Y es que venimos de una larga etapa de irregularidades gubernamentales y de bajo crecimiento de la economía, en la que el sector petrolero ha perdido miles de puestos de trabajo, además de que un puntal financiero importante como han sido las remesas de los migrantes, tuvieron varios años de disminución y se vislumbran tiempos más complicados debido a las medidas de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos.
Y decimos que Veracruz no logra reencauzarse, porque lamentablemente así es como la sociedad percibe la situación. Un candidato que en 2016 levantó grandes expectativas en los lastimados veracruzanos que acudieron a votar por él, pero que cuando se convierte en gobernante, empieza a disminuir su popularidad y aceptación entre la gente.
Ese tipo de fallas observables en el actual gobierno estatal, hacen recordar aquella vieja canción que hablaba de “dar un pasito pa’ delante y dos pasitos para atrás”. Se argumenta esto porque a un primer encuentro positivo con la ciudadanía, le siguieron ya tres meses de desencuentros con la sociedad por razones diversas, entre ellas, la llegada de políticos poblanos y tlaxcaltecas a puestos importantes, y más que nada, el despido y persecución de miles de empleados de gobierno, por no dar otros ejemplos.
Ahora, concretamente el fin de semana anterior se dio un paso adelante, que ojalá traiga otros igual de positivos, y entonces sí, pueda decirse que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares está tomando las riendas, para no soltarlas.
El paso adelante que aplaude la sociedad, fue el anuncio de que por fin se terminará la construcción del libramiento de Ciudad Cardel, en el municipio de La Antigua, casi a medio camino entre el puerto de Veracruz y la capital del estado.
Esta obra llevaba seis años detenida debido a que nunca interesó al exgobernador Javier Duarte. La continuación de la obra es una buena noticia para la gente que viaja entre esas ciudades y especialmente para la población de la zona de Cardel, afectada por el paso de muchos vehículos pesados por la zona urbana.
Con esa obra, la población cardelense por fin empieza a ver una luz después de varios años de conocer sólo problemas, entre ellos: los abusos y asesinatos provocados por la delincuencia organizada y la desaparición de decenas de millones de pesos de ahorros de los cañeros del ingenio El Modelo, ubicado en ese municipio, donde se dice que algunos encumbrados políticos veracruzanos metieron las manos para desfalcar a cientos de ahorradores, asunto que hasta la fecha no se aclara.
Ojalá y como la obra de Ciudad Cardel, haya otras buenas noticias que impacten a las regiones y mejoren la percepción social hacia el gobierno estatal.
Vienen elecciones municipales en las que habrá negociaciones que disgusten a los militantes de los partidos y a los propios votantes. La economía estatal continuará dando tumbos y el tema de la inseguridad seguirá dando mucho de qué hablar. El gobierno estatal es el único que pudiera mejorar las sensaciones de la población.
Y es un tema en que no se puede dudar o escatimar. El año próximo viene una elección a gobernador, en la que Miguel Ángel Yunes Linares tiene grandes esperanzas sucesorias y en la que Andrés Manuel López Obrador y el partido MORENA están esperando con grandes perspectivas.