Los representantes de la iniciativa privada y millones de pequeños y medianos emprendedores mexicanos esperaban con inquietud el informe del presidente de la república hoy por la tarde. Se creía que AMLO iba a abordar frontalmente el problema del coronavirus, anunciando una serie de medidas financieras y fiscales de apoyo a las empresas, a los emprendedores y a la conservación del empleo formal del país.

No hubo nada de eso en el Domingo de Ramos de los católicos guadalupanos. Lo que sí se observó en el palacio nacional fue un vistoso ramillete de palabras, de datos entremezclados, de intenciones apegadas al Plan Nacional de Desarrollo, de avances de los programas federales en proceso y, desde luego, los consabidos actos de fe que tanto incluye el mandatario nacional en sus discursos.

El evento fue básicamente su tercer informe de actividades, en el que mañosamente acomodó y sumó cifras anteriores con intenciones programáticas de este año 2020. Recalcando sus proyectos principales y adjudicándoles millonarias cantidades de empleos, no tuvo empacho en pecar de triunfalista y en volver a demostrar que no cree en el coronavirus y que espera que la manada de ovejas que le siguen a ciegas, se cure con la fe, con la confianza en el líder y con la esperanza de que, en pocos meses, se verá la cara con él para darse todos los abrazos suspendidos durante estos virulentos tiempos, que desde luego pasarán, ya que es un tema temporal, como machaca en cada oportunidad.

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López Obrador avisó que esta semana tendrá una reunión con los empresarios para anunciar inversiones por 339 mil millones de pesos que detonarán miles de empleos. Lo más que informó, fue el dato de que 22 millones de mexicanos ya reciben apoyos de su gobierno y que ya adelantó sus pensiones por cuatro meses a 8 millones de adultos mayores. En lo referente al coronavirus, dijo que el sistema de salud cuenta con más de seis mil camas y que se contratarán 45 mil médicos y enfermeras por nueve meses.

Sobre el decreto de la semana anterior sobre fideicomisos, dijo que se aumentará la inversión pública para contrarrestar los efectos de la pandemia, indicando que esto se logrará utilizando los recursos del fondo de estabilización, los recursos guardados en los fideicomisos, los de la banca de desarrollo y los provenientes de la política de austeridad republicana, que será más severa en el gobierno.

Finalizó señalando que estamos ante una crisis pasajera, transitoria, que venceremos al coronavirus, que se reactivará la economía y que México seguirá de pie. Al más viejo estilo demagógico solo dijo los que pero no los cómo.

En la imagen que veía la población, aparecían los cinco héroes de la 4T y abajo el cuadro: 2020 año de Leona Vicario. Por extraña coincidencia, el nombre de la heroína nacional que se honra este año, posee muchas de las letras de la palabra coronavirus

La conclusión del evento obradorista dominical puede revelar que el mandatario nacional no quiere aceptar la gravedad y la tragedia que ya sufre con la epidemia el pueblo que gobierna.

Parece que esta administración ya no tiene arreglo.

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