Los romanos dedicaban el mes de marzo a celebrar a Marte, el dios de la guerra; también organizaban la Matronalia en honor a las mujeres. Desde hace algunas décadas del siglo pasado, el 8 de marzo conmemora el Dia Internacional de la Mujer. Hace pocos días en México surgió una propuesta de las mujeres de todas las clases sociales para llevar a cabo movilizaciones el día 8 y para realizar un parón general al día siguiente con ayuda de la viralizada frase “El nueve nadie se mueve”.

El movimiento #UnDíaSinNosotras se originó como una respuesta de indignación e inconformidad al creciente e inaudito número de feminicidios que ocurren en el territorio, con el agravante de que la sociedad y especialmente las mujeres, sienten que las autoridades de los tres órdenes de gobierno han sido insensibles, omisas e ineficaces ante este problema atroz.

Pero la iniciativa feminista no ha sido tomada en cuenta con la seriedad de un jefe de estado, como exigía en su larga campaña el ahora presidente de la república. Por el contrario. Así como ha utilizado su conferencia mañanera para dibujar un país ideal, López Obrador ha destinado muchos minutos y palabras a desacreditar este movimiento, deslizando o asegurando que simplemente se trata de una acción política dirigida por grupos conservadores y de derecha para afectarlo como gobernante.

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Lo más preocupante es que a partir de la exagerada y superficial reacción presidencial, sus adherentes, seguidores y funcionarios se han empecinado en demostrar la realidad de los dichos matutinos de AMLO, menospreciando o minimizando la anunciada movilización femenina. 

Incluso han llegado al extremo de magnificar las posibilidades epidémicas del llamado Coronavirus que avanza inexorablemente en el planeta, esto con el fin de distraer la atención social, desalentar las movilizaciones y el propio Paro en México.

Y aquí cabe hacer una reflexión. En Estados Unidos y desde ayer en nuestro territorio, varios actores y autoridades han señalado que más grave que ese virus, es el virus de la influenza, que está causando, por su magnitud y prevalencia desde hace años, mayores daños y muertes. En el país del norte, han hablado incluso de destinar hasta 2,500 millones de dólares para hacerle frente al coronavirus, sin que hasta ahora se hubiera tomado como un asunto crítico, como aquí se trata de vender y difundir para obstaculizar el “día sin mujeres” el 9 de marzo. Expertos en temas epidemiológicos del país vecino han dado una serie de recomendaciones preventivas para afrontar el coronavirus, denominado Covid-19, informando que es menor al dos por ciento la posibilidad de morir por esa causa.

Por supuesto que todo mundo ruega porque la mortalidad de ese virus no se convierta en una pandemia y encuentren pronta vacuna. Y que en suelo patrio termine la virulencia obradorista que ha provocado el movimiento feminista mexicano. Como alguna vez lo recomendó el mandatario nacional, lo que se requiere es que él mismo procure serenarse y no causar más desasosiego e intranquilidad.

No vaya a ser que el temor real de AMLO sea el riesgo de contagio por un “desmoronavirus” que enferme, pulverice y sepulte a la incipiente y errática 4T.  

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