La severa acusación que acaban de hacer diversos ganaderos del sur de Veracruz debiera servir para que las autoridades federales y estatales intervengan de una buena vez en este asunto en el que los eternos y únicos beneficiados han sido un grupúsculo de dirigentes asentados en la zona de Acayucan.

“Estamos en quiebra desde hace varios años debido a malos dirigentes, a la entrada masiva de ganado de bajo precio desde Centroamérica y a la leche en polvo subsidiada por Estados Unidos y que entra por la frontera norte”, denunciaron ayer los entrevistados de diversos municipios de la región. 

Meses antes, otro grupo de productores habló hasta de la existencia de una mafia controlada por Abel Jacob. Y es que los ganaderos del sur y de otros estados del sureste están en quiebra desde hace años por falta de control en la frontera con Guatemala. Sus animales no valen lo justo, debido a la masiva importación o adquisición de reses robadas en Centroamérica. 

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Productores de la región, afirman que el dirigente de la zona de Acayucan se ha dedicado a producir millones de pesos para su causa, valiéndose de la dirigencia y de los dóciles delegados, a quienes regala computadoras y les da exiguos beneficios que él consigue en el gobierno del estado y en la secretaría federal del ramo. 

Los productores tienen la razón. Si las autoridades no regulan la importación de leche en polvo, los precios nunca van a ser justos, desanimando la producción nacional e impidiendo que se alcance la autosuficiencia nacional que pretende el presidente de la república.

Aseguran que en Chiapas y en toda la frontera sur, cargan ganado barato (producto del abigeato, en varias ocasiones), lo introducen y llevan a centros de acopio como los del norte del país. Es ganado de bajo costo y llega gracias a que se carece de controles en la frontera sur.

Es grave que señalen que el gobierno no controla ni la inmigración de gente y tampoco el ingreso de ganado adquirido en condiciones de riesgo o producto de acciones criminales. Y es interesante su propuesta respeto a la leche: “Si están importando un millón de toneladas, debieran aportar 800 mil toneladas del país.”

Ojalá que el responsable estatal de los asuntos del campo veracruzano deje la autocomplacencia y el gastado discurso de la empresa Nestlé. Y que se ponga a trabajar por los legítimos intereses de los productores veracruzanos. La Cuarta Transformación que impulsa el mandatario nacional, debiera impulsar también a los pasmados y desorientados funcionarios del gabinete de Cuitláhuac García Jiménez.

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