Como una manera de apoyar al principal equipo de futbol del estado, este portal de noticias presentó el lunes una extensa publicación con el título TIBURONES ROJOS DE VERACRUZ: FUTBOL Y ESFUERZO DESDE 1943. Sin embargo, el mismo día por la tarde desde Argentina, el periódico Clarín hizo referencia a la pésima actuación del equipo en la liga mexicana, que lo coloca junto a uno de Bulgaria, en la peor situación a nivel internacional.

Pero lo que más llamó la atención en su nota, es que el periódico sudamericano resaltó y puso sobre la mesa, el hecho de que el club jarocho tiene en sus líneas a cinco futbolistas argentinos, extrañándose que con todo y su presumible superioridad para jugar, el equipo Veracruz tenga los exiguos o nulos resultados que ha conseguido en estos años.

Ese aspecto dibujado entre líneas por dicho medio de comunicación, mueve a comprobar lo que en el ambiente deportivo del puerto y de la Ciudad de México se murmura en torno a esos números tan bajos que presentan los Tiburones. Pareciera que directivos, y quizá jugadores, estén actuando con perversidad con el fin de especular con el equipo y conseguir una ganancia económica en una posible venta o transferencia a otra ciudad.

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Esto no resultaría raro, ya que se dice que en la propia Federación Mexicana de Futbol (FMF) no ha sido bien recibida la presencia y los constantes aspavientos y tangos de Fidel Kuri Grajales, un empresario orizabeño que entre otros negocios también es dueño de los Albinegros de Orizaba, un equipo de divisiones inferiores. 

También resulta extraño que Fidel Kuri hable de vender el equipo en 50 millones de dólares (como si fuera el Tigres de Nuevo León) cuando los conocedores lo tasan en no más de 20 millones de dólares.   

Y aquí llega el problema que la sociedad veracruzana no puede aceptar y que Kuri olvida. Solo hay que recordar que el estadio Luis Pirata Fuente es propiedad del gobierno del estado y que con recursos también del erario, desde hace muchas décadas, el equipo adquirió nombre, crédito y prestigio deportivo nacional e internacional. En los archivos de la Secretaría de Finanzas del Estado deben estar todos los registros de las inversiones en el Club y en las instalaciones, que deben fluctuar entre los mil o mil quinientos millones de pesos.

Y respecto a la pertinencia de que el equipo continúe en la zona metropolitana de Veracruz-Boca del Río, es oportuno revisar el estudio de rentabilidad que el gobierno de Miguel Alemán realizó a principios del año 2000. Dicho estudio elaborado por una empresa especializada, determinó entre otros resultados que, durante los días previos y los días de juego, se triplican los ingresos económicos de la zona, demostrando el impacto del club en el aspecto social y deportivo y como multiplicador de la economía en toda la región central, desde Nautla hasta Cosamaloapan y desde Perote y Orizaba hasta Veracruz.

Recordemos también a Dante Delgado y a Fidel Herrera, que en su momento constataron la importancia del equipo Veracruz. Este último exgobernante llegó a informar que había empresarios interesados -al parecer Carlos Slim- en construir un nuevo estadio con plaza comercial incluida, para lo cual ya tenía terrenos en la zona norte del municipio de Veracruz, cercanos al libramiento de la ciudad. 

Por estas razones, es conveniente que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez ordene una investigación a fondo y que se estudie la posibilidad de que el Estado readquiera al equipo, pudiendo devolverle sus entradas a Fidel Kuri, o bien, promoviendo entre la población, que los ciudadanos se conviertan en accionistas del Veracruz, al estilo de varios de los grandes clubes mundiales que de esa manera se convierten en instituciones autosuficientes. 

Tampoco es descabellada la vía expropiatoria en caso de que el dueño continúe adoptando posturas especulativas y manipulativas, ajenas al interés de los veracruzanos. 

Y por otro lado, ya en el aspecto estrictamente deportivo, por qué no pensar en que el equipo se convierta en un semillero de jugadores de excelencia al estilo del Pachuca. No olvidemos que Veracruz, Orizaba, al igual que la capital hidalguense, son cunas del futbol mexicano, por lo que ya existe en toda esta región una tradicional y extraordinaria vocación futbolística.

Cuitláhuac García tiene la palabra y el respaldo de la población. Los jóvenes y los niños se lo reconocerían.

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