En palacio nacional debe existir mucha preocupación por lo que está ocurriendo en el estado de Veracruz. El capitán sigue distraído y los marineros llevan vendas en los ojos, si bien es cierto que dos o tres de ellos se han conducido como piratas. El barco está haciendo agua y nada detiene el hundimiento; la población continúa a expensas de la ineptitud, de las inclemencias del tiempo y de los delincuentes grandes y chicos.
Veracruz se desliza hacia las profundidades y día tras día se pierden oportunidades de crecimiento y prosperidad. Pareciera que algún hado maligno está empecinado en enterrar al estado y a su economía. Y en el palacio de gobierno las soluciones no pasan de ir a chapear los fines de semana y días festivos para distraer a la ciudadanía. Pero los estrategas no se dan cuenta de que esas ridículas actividades sólo distraen a aquellos que compran los implementos o a quienes deben ir con su machete a sudar la chapeada mejor pagada de México con sueldo de funcionarios.
Mientras tanto, se comenta que una docena de importantes proyectos de inversión se guardan en el fondo de escritorios de la delegación estatal de la SEMARNAT (dirigida por una encargada de despacho y sus amiguitos), donde ni la SEDECOP de Nachón, ni los ojos del super delegado Manuel Huerta saben cuántos expedientes están paralizados, deteniendo millonarias inversiones de empresas como Nestlé y otras de esa envergadura, que podrían estar creando miles de empleos en la entidad.
Del mismo modo, otros desarrollos en ciernes o empresas en marcha, se atascan en las ambiciosas mañas del procurador estatal de Medio Ambiente, el ya célebre dador de sabroso ambiente a algunos funcionarios. ¿Será que el presidente de la república no sabe la magnitud de este desastre y cómo le perjudica?
Por ese inusitado desorden administrativo en que predomina el nepotismo, la corrupción, el nuevo elitismo y la irresponsabilidad tipo 4T, es que la sociedad observa un inquietante desfile de hechos criminales que pudieran estar enviando serios mensajes al gobernador Cuitláhuac, al secretario de gobierno, al titular de seguridad pública y a la fiscal del estado.
Porque ya causa intranquilidad y zozobra la serie de hechos delincuenciales de los meses recientes en Xalapa, donde pareciera que los criminales hacen una minuciosa labor de inteligencia y dan golpes certeros. O, si no es así—el determinante mensaje de la delincuencia a la cúpula de gobierno—, cómo es que pueden considerarse los sucesos de este listado: el brutal atentado al subprocurador de medio ambiente, ya recuperado y retirado del cargo; la desaparición y asesinato del hermano de un exsecretario de seguridad pública y el robo a domicilio en exclusivo fraccionamiento de Xalapa, donde además asesinaron a una señora y dejaron gravemente herido a su esposo. Y por si no fuera suficiente, en redes sociales hubo un fuerte movimiento por la desaparición, desde el día 22 de enero, del hijo de uno de los cercanos colaboradores del subsecretario Eleazar Guerrero, joven que, por la tarde de ayer, según las mismas redes, fue localizado sano y salvo. El Subsecretario había solicitado el apoyo de la comunidad de Facebook para encontrarlo.
Otro ejemplo más de la sorprendente ineficiencia en Veracruz, es una obra reprogramada varias veces y que AMLO prometió entregar en 2021, y no es otra más que la autopista Laguna Verde-Gutiérrez Zamora, que con un amparo parece que se volvió a detener quien sabe por cuánto tiempo más. Y no es posible que los dormidos secretarios de despacho de Cuitláhuac, no encuentren la idea para resolver el caso con alguna contraprestación material o económica a la familia Spinoso (los legítimos propietarios de un terreno expropiado), de la forma negociada y consensuada como se ha resuelto muchas veces en México y en otras partes del mundo.
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Los veracruzanos ya deberían tener en operación esa autopista detenida muchos meses por la ineficacia de pésimos funcionarios. Y parece que no les importa hacer quedar mal al mandatario nacional, otra vez.
Cuitláhuac va a mitad del camino. No es posible que pretenda seguir navegando sin brújula y a golpe de ocurrencias. ¿O aún pensará que la marca AMLO le sacará limpia la sucesión en 2024?
La criminalidad y la mediocridad no sirven para llegar a ningún puerto.