Diariamente estamos recibiendo de los medios de comunicación referencias innumerables sobre “los millennials”. Para comprender mejor quiénes son ellos, basta con seguir sus propios esquemas de investigación y acudir a diversas fuentes de consulta.
Ahí nos enteramos que a su generación, primero se le denominó “Millennial Generation” o “Generación Y”. Nacidos entre 1978 y 2004 –según diversas opiniones–, se les conoce a nivel global como millennials, o como milénicos o mileniales, en lengua española.
También se les ha llamado “nativos digitales”. Son sociables y poseen una personalidad crítica y culta; con pensamiento estratégico y actitud de ubicuidad, gracias a la tecnología que les permite atender más cosas al mismo tiempo. Conceden enorme importancia a su autonomía y libertad y piensan que todos deben tener su propia opinión, la cual tiene que ser escuchada y respetada, independientemente de la edad o experiencia.
En los últimos años, se han hecho presentes en casi todos los puntos del planeta, haciendo valer su importancia en la construcción del mundo actual. Sólo por citar algunos casos, recordemos la activa participación política y social que han tenido en Medio Oriente, en España con los movimientos políticos Podemos y Ciudadanos, o en Inglaterra y la comunidad europea, con el famoso tema del Brexit.
En México se han manifestado este año con toda su fuerza, a raíz de los trágicos sismos de septiembre. Los millennials salieron con energía y entusiasmo a mover la ayuda de la sociedad –una respuesta natural, considerando que son mayoría en la población–.
Participaron en las labores de rescate y auxilio, tendieron redes de comunicación y resolvieron distintas problemáticas. Enseñaron sensibilidad, tolerancia y solidaridad. Pero además demostraron convocatoria y transparencia en sus acciones.
Al observar lo conseguido por ellos durante los sismos y en la etapa de rescate de sobrevivientes, surge la idea de que ellos son los que definirán las elecciones del próximo año.
Es factible que los millennials decidan salir a hacer valer su voz y su voto en 2018, ignorando mensajes discursivos anquilosados y campañas políticas vacías. Serán el candidato presidencial o los candidatos que sepan construir un discurso convincente para ellos, los que podrán aspirar a ganar sus votos.
Imaginemos lo que puede suceder el día de la elección, si por las redes sociales, empezaran a correr y volar entre esos jóvenes, mensajes y llamados a la acción ciudadana y política, con hashtags provocadores y determinantes como #YoNoVotoPorÉl o #YoDecidoMiVoto.
No es descabellado pensar que las elecciones del 2018 para elegir presidente de la república, gobernadores, senadores y diputados, serán definidas por la población millennial y que hemos entrado al tiempo de los gobiernos mileniales.
