La temporada Guadalupe-Reyes que ocurre en el invierno de cada año en México, inicia con los tradicionales festejos a la Virgen de Guadalupe y concluye en las celebraciones familiares de los Reyes Magos, pasando por las cenas de Navidad y fin de año. Pero ahora todo esto tendrá que ser dentro de extremas medidas de precaución con motivo de la pandemia de Covid-19.

El sábado las cifras siguieron preocupando a las autoridades y a la sociedad en estos diez meses de tragedia y preocupación nacional. En Veracruz se alcanzaron 41,041 casos confirmados y 6, 040 fallecimientos. Las zonas más urbanizadas presentan los números más elevados. En casos confirmados, Veracruz llegó a 8,863, Xalapa a 2,652 y Orizaba a 2,464. Pero estos tres municipios, además de Coatzacoalcos, Poza Rica y Córdoba suman un total de 20,971 casos confirmados, correspondiéndoles el 51% del total.  

De octubre a diciembre hubo un sensible descenso en el contagio entre personas, pero en los primeros doce días de diciembre hubo un ligero repunte, de acuerdo con los datos oficiales del sector salud. Si a esa circunstancia se le agregan los afanes festivos de la población y los olvidos en la sana distancia y las medidas de contención, es posible que los casos confirmados tiendan a incrementarse y generar mayor intranquilidad.

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Y la alerta debe encenderse en todos los hogares de Veracruz, ya que solo basta con mirar las redes sociales y los medios de comunicación, para conocer cercanos donde se comprueba que no se cumplen las medidas de prevención aprobadas por las autoridades médicas del país. Reuniones prenavideñas, cumpleaños de funcionarios cuitlahuistas (el secretario de seguridad pública, por ejemplo, según la revista Proceso) o políticos panistas (Sergio Hernández, el exdiputado yunista), además de procesiones religiosas y eventos turísticos en varias ciudades y pueblos del interior.

Como sociedad tenemos que ayudarnos a nosotros mismos para coadyuvar a que no haya una mayor debacle. Médicos, enfermeras y también empleados administrativos de hospitales y clínicas están perdiendo a compañeros que trabajaban cuidando a enfermos contagiados por el virus. Y no olvidemos a los miles de huérfanos que serán eternos afectados por la muerte de sus padres.

La pandemia se está llevando vidas humanas y miles de millones de pesos en pérdidas. Hagamos el mayor esfuerzo en estos meses en que todavía no hay vacunas para protegernos. Dejémosle las calles solo a los que tienen que salir a ganarse el sustento diario. Como ciudadanos responsables, todos debemos contribuir para que esta temporada de Guadalupe-Reyes no se lleve más muertos que enluten a los hogares veracruzanos. 

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