A diferencia del célebre Hipólito de Eurípides y gracias al victorioso tsunami morenista del virtual presidente de la república, el edil xalapeño Hipólito Rodríguez pudo ser alejado del espejismo de la tragedia, colocándolo en los senderos de la suerte y la esperanza.

Los sueños de victoria electoral que envolvieron al actual gobernador -y a su primogénito azul- y al equipo tricolor de San Julián en Perote, le prodigaron estratégicos ataques, trampas, bloqueos, murmuraciones y algunas otras travesuras de campaña, ocasionándole dolores de cabeza, inconformidad social y un serio retraso del programa de obras de este su primer año de gestión al frente del ayuntamiento de Xalapa.

Pero la visión fantasmal que llegaron a anunciarle algunos errados nigromantes, desde este mes de julio se ha convertido en el mayor augurio de que el académico y político podría convertirse en el mejor presidente municipal de la historia xalapeña.

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Debemos recordar que la primera etapa de su gobierno iniciada en enero pasado, estuvo sembrada de enviados del jefe Andrés Manuel y de otros grandes generales de MORENA, con el consiguiente desgaste político para él. Pero esa penosa etapa ya concluyó y se avizoran otros tiempos y otras posibilidades. López Obrador, Cuitláhuac García, Rocío Nahle y Manuel Huerta tendrán a su disposición todos los espacios burocráticos posibles para llevarse a alfiles y acompañantes incrustados en el palacio municipal.

Vienen los meses en que Hipólito Rodríguez podrá conjuntar su verdadero equipo de trabajo con sus amigos, con sus invitados y con su gente de confianza. Podrá decir adiós a los enviados de otras tierras y otros intereses. Y vendrán meses en que deberá cosechar para Xalapa, los apoyos presidenciales y del gobierno del estado, ofrecidos por AMLO y Cuitláhuac, que deberán traducirse en obras, programas y acciones, como jamás ha recibido la capital de Veracruz.

Y tendrán que venir apoyos fuertes. El gobernador es nativo de Xalapa, y casi xalapeños son el próximo presidente de la república y Manuel Huerta, el coordinador de programas federales.

No se justifica otro futuro para Xalapa, más que ese. Pero, cuidado, todo ese beneficio no llegará solo; no va a caer del cielo por gracia divina.

El alcalde Hipólito y sus colaboradores tendrán que demostrar, sin más demoras, que son gestores inteligentes, efectivos y de resultados concretos para Xalapa.  No acarreadores de promesas incumplibles y de deseos utópicos y entretenedores, ajenos al sentir y a la realidad xalapeña.

Xalapa necesita urgentemente inversiones productivas, obra pública relevante, mejores vialidades urbanas, perfeccionar sus sistemas de seguridad pública, y sobre todo, programas para el desarrollo social que se enfoquen a los desempleados y al excesivo porcentaje de madres solteras que hacen de jefas de familia.

Acciones que impulsen al turismo a mayor escala, en paralelo con el fortalecimiento cultural y artístico que hagan de Xalapa la Atenas que siempre quiso ser.

Si no aprovechan estos tiempos con Andrés Manuel y con Cuitláhuac, ni Xalapa ni Hipólito Rodríguez podrán trascender más allá que lo representan por ahora. Esta es una época que puede ser una oportunidad de oro para la capital de los veracruzanos. Ojalá y no se desaproveche.

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