El gobernador cumplió con lo que establece la Constitución Política del Estado. A las diez de la mañana de ayer acudió al Congreso a encabezar un acto republicano, sobrio y austero, como él quería. Varios párrafos de su discurso hicieron recordar a los miles de vencedores que han escrito su propia historia.

Pero la de él no fue una historia nueva; es la misma que hemos venido escuchándole todos los días desde hace muchos meses. Sólo que en esta ocasión parecía que estaba un altavoz diciéndonos que 2018 viene a tope con puras cosas buenas. Su discurso y la entrevista posterior trataron de convencernos -o convencerlo- de que él no se ha puesto a ver cuestiones políticas, vamos, que él no se ha metido en ese tema, ni se meterá el año que viene.

Al escuchar que Las Mesas y el Faunito se pondrán a disposición de otras instancias, casi, casi, terminamos de convencernos de que los dineros que se perdieron, jamás volverán a ver suelo veracruzano.

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Se le reconocen las obras que ha entregado e iniciado, como la de Cardel, la de Coatepec o la de Misantla, los hospitales, acaso. De lo demás, de toda esa palabrería triunfalista, cada veracruzano creerá su propia historia, la que vive, la que tiene que sufrir desde hace varios años, cuando empezó la debacle. Ahí no vale ni la obligación constitucional que debe observar el primer mandatario veracruzano, ni la verdad o la historia que dicen las redes sociales, ni las “percepciones” de los medios de comunicación.

De lo bueno que dijo, se espera que efectivamente el año próximo, termine con el déficit con el que opera la administración estatal. De la deuda, tendremos que esperar a que los que sí saben del tema nos digan cómo está el asunto, de a cómo fue, y quién fue el que se fue a retozar al monte.

Como se esperaba, varios ausentes fueron extrañados, aunque sólo un poco. Por sus palabras e inacabables reclamos, se notó que el ejecutivo ve a diario la serie de los periodistas, no los suelta.

Como se apostaba, el republicano evento fue aprovechado para proyectar la imagen de uno de los mejores alcaldes que ha tenido el señero municipio de Boca del Río. Miguel Ángel Yunes Márquez tuvo sus cinco minutos de gloriosa presencia en la televisora estatal.

Un alcalde que sí sabe cómo hacerlo, y que por ello, anda capacitando gente por todo el territorio veracruzano, fue el que se llevó el día.

Lo bueno es que Yunes Linares no se mete en las cosas de la política.

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