De acuerdo con lo que establece el Artículo 49 de la Constitución Política del Estado de Veracruz, el próximo quince de noviembre conoceremos el primer informe del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Conforme a lo que dispone nuestra Ley fundamental, el documento escrito que el ejecutivo presentará al Congreso Estatal, deberá explicar el estado que guarda la administración pública a su cargo.

Con su lectura podremos, por fin, salir de muchas dudas respecto a los años por venir y a la cuantificación del daño ocasionado por el gobierno saliente a los diversos sectores; conocer cuáles son los números reales –u oficiales– en cada uno de ellos, y sobre todo, qué medidas se están aplicando para restaurar la administración y para componer y mejorar la dañada vida estatal. Entre los aspectos que interesan están los siguientes:

Que se diga cuáles obras quedaron pendientes y cuánto cuesta su culminación.

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Que informe a cuánto asciende la deuda pública con instituciones bancarias y cuánto suman los adeudos legales -que cumplen con todas las condiciones exigidas por la normatividad- con contratistas, municipios, instituciones públicas, proveedores y demás etcéteras.

Que señale de qué magnitud es la pobreza, el rezago y la marginación en Veracruz.

Que sepamos de una vez la situación y los números reales en que se encuentran los asuntos de la Fiscalía General del Estado y la seguridad pública, temas que constituyeron compromisos centrales a asumir en esta administración.

Que el apartado de las finanzas públicas señale la cifra definitiva de trabajadores despedidos en esta administración y los números presupuestarios que justifiquen esos ceses laborales.

Que ante la larga opacidad y silencio en los asuntos del campo, se nos informe de una buena vez cómo andan las cifras de producción agropecuaria, forestal y pesquera.

Que se informe o anuncie la llegada de las grandes inversiones a la planta productiva que permitan absorber a los miles de desempleados.

Que en los temas del medio ambiente, determine la posición del Estado respecto a temas sensibles como son las construcciones proyectadas en el predio Tembladeras de Veracruz, las del gasoducto que cruzaría por Xalapa, las exploraciones petroleras mediante el uso de la técnica del fracking y la instalación de minas para extraer oro en los municipios de Alto Lucero y Actopan, entre otros casos.

Que en los temas de la salud, aclare de una vez aquellos asuntos de los medicamentos clonados, de las medicinas que no llegan a los enfermos y de la prevalencia de enfermedades degenerativas, entre otros temas.

Y sobre todo, que brinde un informe detallado sobre el desfalco a Veracruz en el sexenio anterior y sobre el estado de las denuncias penales contra Javier Duarte y sus cómplices. Que nos informe cuánto dinero ha recuperado la tesorería estatal y cuántos bienes muebles e inmuebles. Y que aclare el uso que se ha dado a esas recuperaciones.

Más que un frío listado de las obras y acciones que este gobierno haya podido iniciar, lo que la sociedad veracruzana desea es que el gobernador le informe sobre esos puntos torales citados, que hasta ahora, nadie ha determinado con precisión.

Porque los likes (Me gusta) de las redes sociales y los comentarios complacientes de los afines, con que se pretenden calificar los modos de comunicación puestos en práctica, no representan realmente el sentir de los veracruzanos que esperan resultados verdaderos.

Por eso mismo, el mensaje que se envíe el próximo 15 de noviembre a través del Informe, constituye una espléndida ocasión para dar viabilidad a cualquier proyecto político que pudiera tenerse para el 2018. Ojalá, y si ese es el fin de este gobierno bianual, no se pierda esa que es una oportunidad de oro.

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