Andrés Manuel López Obrador quiere el triunfo morenista en el municipio de Veracruz. No acepta otra cosa. Por eso no fueron casualidades su argumentación negativa sobre la concesión del puerto y el hecho de que durante la reciente gira al estado, el tabasqueño mostrara solamente el lado político. No quiso quejas ni problemas técnicos o sociales, el hombre vio y operó a su manera, y hasta puede decirse que tuvo un idílico viaje. Como anillo al dedo.
El presidente sabe que para mantener los colores morenistas en el estado, necesita obtener triunfos electorales en la zona metropolitana de Veracruz-Boca del Río-Medellín y Alvarado.
Por eso vino a dar un mensaje con señales especiales al alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez. Por eso también Mario Delgado -quien busca ser líder nacional del partido- fue apapachado en la ciudad de Veracruz, incluido el consabido manejo de columnas políticas a favor. El ingeniero Ricardo Exsome estuvo pendiente de atenderlo y cobijarlo.
Con igual propósito llegó Cuitláhuac García a la Administración Portuaria Integral (API), para reunirse con su titular, el almirante bajacaliforniano Romel Ledezma Abaroa, acompañado por Éric Cisneros, el secretario de gobierno y por Sergio Rodríguez, el procurador de medio ambiente. Todos ellos, ingenieros, por cierto, igual que el militar anfitrión y el mismo Exsome.
Cabe mencionar que pocos días antes, el procurador había publicitado en medios, una fuerte acusación ambiental contra el ayuntamiento de Veracruz y contra 21 empresas instaladas en la API, relacionadas con los desechos sólidos “y peligrosos”, con el aviso adicional de que “le informaría esas irregularidades al señor presidente de la república.”
Sobre este experredista personaje, frecuentemente cuestionado por la corrupción en posiciones anteriores y actuales, y señalado por tirarle ingeniosas amenazas y artilugios ambientales a todo lo que se mueve y da dividendos en el sector empresarial veracruzano, cabe subrayar que ahora esgrime culpabilidades de la API en dicho tema, cuando muchos saben que el tiradero municipal de Santa Fe es de estricta responsabilidad del ayuntamiento y de Veolia, la concesionaria. Y de las 21 empresas mencionadas, alguien tendrá que revisar la situación de cada una de ellas, respecto a la empresa que tengan contratada para recoger la basura en la zona portuaria y llevarla al tiradero mencionado.
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En el ambiente porteño todo apesta; huele a que estos eventos y asuntos que mueve el mundo moreno en el municipio, no son simples casualidades de finales de septiembre. Más bien parece que alguien quiere fortalecerse y dinamitar la secreta unión (para el caso de que no estén peleados) o la reunificación de las fuerzas de Yunes Linares y Julen Rementería (en el caso de que por ahora estén distanciados), como algunos hacen creer. Si ambos panistas se ponen de acuerdo, como antes la jugaron, el partido MORENA sufriría mucho para pensar en obtener el triunfo el 6 de julio de 2021 en el municipio de Veracruz.
Vamos a ver si con la participación de todos estos ingenieros en el puerto, alguien muestra el ingenio que se necesita para hacer que los poderosos actores económicos que mueven el pandero jarocho, ayuden a concretar los triunfos electorales que el obradorismo busca en ese municipio y en la zona conurbada.
Si se aplica disciplina militar y el calculador Sergio proporciona el ambiente adecuado, y además Éric invita a sus estratégicos y convincentes amigos de la SEFIPLAN, entre todos ellos podrían conseguir que los convocados a la fiesta del señor, se muevan al pegajoso ritmo de la banda morenista.
Solo con un esquema como el descrito líneas arriba, y con esos fines superiores, se puede entender el vergonzoso respaldo de Cuitláhuac a la oscura tarea del “procurador” Sergio Rodríguez.
Seguramente a esto se refirió López Obrador antes de regresar a la Ciudad de México, cuando dijo “Que se cuiden los conservadores y opositores, porque no vamos a dar tregua”.
A ver si funciona esta innovadora ingeniería de cuarta generación. Es mucho lo que se juega.