José Antonio Flores Vargas

Quiénes son los que integran la lista negra junto a Javier Duarte, es la pregunta más repetida en las conversaciones estatales durante estas semanas de acusaciones y denuncias penales por manejo irregular de recursos públicos, en contra del gobernador con licencia y los que fueron sus colaboradores.

La frase, es el lugar común en recámaras conyugales, antros y moteles, pláticas de café y en toda clase de tertulias y acontecimientos sociales. Todo aquel que haya ocupado un cargo en su gobierno, es señalado por la sociedad, como posible acompañante de esos truhanes, cuando vayan a la cárcel.

Incluso, varios que estuvieron cerca de él y que ahora se desmarcan casi en el mismo saludo con quien se encuentren, coinciden en señalar que la de Duarte, es la administración más corrupta que ha tenido Veracruz en su historia, infinitamente superior a la de su mentor Fidel Herrera.

Los comentarios de la gente son diversos, y dan para todas las regiones del estado, de donde son los nuevos millonarios. He aquí algo de lo que la gente dice: Que en esa lista, está Carlos Aguirre, quien compró cientos de cajas de huevo para meter billetes mal habidos y tiene hasta palcos en el estadio del Real Madrid y se da vida de sultán.

Que no hay que olvidar al pillo Gabriel Deantes, quien es el gran ladrón del erario duartista: un hampón traído por su congénere Alberto Silva. Tampoco a Vicente Benítez, con su colección de maletas repletas de dinero, cientos de hectáreas ganaderas en Catemaco y casas en Costa Rica. A Víctor Rodríguez, el negro que no se raja, quien firmó varios contratos para dotación de bienes que jamás se entregaron a los beneficiarios, pero que ya tiene 100 taxis en Coatzacoalcos y dos o tres empresas constructoras.

Que estos dos ex de la Sedesol, finos en el vestir y en el robar, están adheridos como sanguijuelas al tema de las empresas fantasmas y enriquecimiento inexplicable.

Que Ricardo Sandoval y Harry Grappa hundieron la dentadura completa en Salud y Turismo.

Que casi todos los que fungieron como secretarios de despacho también están en la lista de investigación del SAT.

También los titulares de la Contraloría General y del ORFIS, Ricardo García Guzmán y Lorenzo Antonio Portilla, debido a la simulación y a la omisión del deber legal. Ambos personajes faltos de moral pública.

Que Juan Manuel Velázquez Yunes y Juan Manuel del Castillo se ensuciaron el plumaje en el pantano de las finanzas públicas, al igual que los Jaramillo, Tarek Abdalá y Arnulfo García.

En todo este embrollo, los despachos de abogados penalistas se frotan las manos y están repasando toda la legislación federal y estatal relacionada con la administración de los recursos públicos.

Prácticamente todos aquellos que hubiesen ocupado los cargos de jefes de las unidades administrativas y directores jurídicos en las secretarías del gobierno, y los que hayan firmado contratos de obras y servicios, pasarán a ser clientes de ellos, para buscar defenderse de las denuncias penales en cascada que desatará este desorden administrativo.

Todos los que ocuparon la tesorería en SEFIPLAN, varios directores de Contraloría y de los organismos públicos, deberán asesorarse adecuadamente, ya que serán embarrados por el exceso de melcocha. Y cuando el SAT desvele la falta de pago de impuestos de trabajadores en la SEV y otras dependencias, vendrá una denuncia de consecuencias incalculables y catastróficas para varios de ellos.

El propio Javier Duarte, desde donde esté urdiendo su venganza, es probable que no quiera pasar solo a la historia de la corrupción veracruzana y ansíe dejarse acompañar. En su lista negra, debe tener a todos aquellos seleccionados, ya sea por gusto, por disgusto o por placer. Tan afecto al cine como es, no descartemos que envíe un bien producido video, donde inmiscuya y delate a quien le dé lata a su ego y a su maldad.

La lista puede ponerse de un negro inmundo.

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