José Antonio Flores Vargas

Con el paso de los días, y conforme se aproxima la hora para elegir al gobernador y a los diputados al Congreso local, en la ciudadanía aumenta la desconfianza de cómo se va a desarrollar la jornada electoral. El manejo mediático que se ha dado entre los abanderados del PRI, del PAN, principalmente, y de MORENA, sigue reflejando la habilidad para corromper todo lo que tengan enfrente.

Las torpezas, las riquezas y la pobreza material de los tres principales contendientes, se ventilan todos los días con videos editados y fotomontajes. Incluso, han utilizado al famoso “anonymus” y un sin fin de patrañas más, que no están causando el efecto social esperado por las mentes torcidas de los asesores de los candidatos a gobernador.

Se dedican muchas horas, muchas páginas, muchos escritos, para filtrarlos en los medios de comunicación y en las poderosas redes sociales, intentando ganar simpatías o queriendo demostrar lo peor de cada uno de esos políticos. Los principales arquitectos de esas estrategias, los encontramos en las personas que rodean a los Yunes.

Toda esa serie de descalificaciones y aseveraciones que se observan en los medios de comunicación, han generado una verdadera desconfianza ciudadana sobre el posible escenario que se puede presentar el próximo 5 de junio en la entidad. En el fondo, no hay necesidad de dar a conocer las travesuras de los candidatos. Han sido harto difundidas en los últimos años. Nada nuevo.

El debate de esos actores políticos nunca se ha centrado en la discusión de opiniones, o en la reinterpretación política y social que requiere Veracruz. Mucho menos sobre la lectura crítica que genere ideas y levante un nuevo espíritu para los veracruzanos. Por el contrario, el rumor de que “quieren reventar la elección”, sigue en aumento, no cesa. Hasta se ha llegado a ventilar la existencia de algunos videos y documentos con los cuales se puede lograr el objetivo.

Si todos esos cuchicheos se llegaran a materializar, la profecía de alta fidelidad seguiría vigente: ningún Yunes ocuparía la silla principal del Palacio de Gobierno de Veracruz.

Por ello, la inclusión del ex tiburón Gerardo Buganza (hoy convertido en sapito) en la primera línea del Verde, tiene una lectura interesante en el ajedrez político de la entidad.

Si “revientan la elección”, como están deslizando, uno de los principales benefactores puede ser el ex secretario de gobierno duartista, Gerardo Buganza Salmerón. Él, podría controlar el próximo Congreso local, ante la inminente y flaca caballada que arribará a la siguiente Legislatura. Así pues, Buganza llevaría en hombros la responsabilidad para elegir un gobernador interino, en el caso de que anularan las elecciones los tribunales electorales.

Por ello, no resulta extraño que el movimiento de los Verde Ecologistas sea con bajo perfil, suave, terso y flotando entre las fuertes olas del Golfo de México. Los artífices del Partido Verde, en esta elección, no quieren generar desconfianza, saben que tendrían que dar cuentas, ser transparentes y estarían vigilados constantemente; algo a lo que no están acostumbrados.

No hay mano negra, hay mano verde, madura; tan madura como el color preferido del Presidente Maduro.

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