En el país entero nadie duda de que el peor gobernador que ha sufrido esta entidad federativa es el ahora preso Javier Duarte de Ochoa. Una ingente deuda pública, sumada al mayor escándalo de corrupción nacional y sus magros resultados de gestión, caracterizaron a esa infausta administración estatal.

Era tan grave la situación, que durante los meses posteriores al triunfo electoral del ahora gobernador Yunes Linares, se pensaba que el descrédito y los bajos resultados del duartismo, no se repetirían nunca jamás. Los veracruzanos creían que ya no se podía caer más abajo. Pero por desgracia, no fue así. Independientemente de los escasos logros del gobierno yunista, ha sido la sesenta y cuatro legislatura, la que se ha llevado el descrédito de ubicarse como la más cuestionada e irrelevante de todas las formaciones que han pasado por el Palacio Legislativo.

Pero eso no fue sorpresa. Ya se veía venir algo así. Siempre hubo evidencias y murmuraciones que anunciaron cuál sería el resultado final. Este portal lo visualizó desde el editorial LAS MALETAS DEL CONGRESO, publicado el 16 de diciembre de 2016, cuando entre otras cosas, se dijo lo siguiente:

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“El 5 de noviembre anterior se instaló la Legislatura LXIV en el Congreso del Estado. En mayor grado que en otras ocasiones, durante los meses previos, los ciudadanos de los distintos distritos electorales hacían comentarios jocosos, de indignación o de sorpresa, cuando se hablaba de cada uno de los diputados que la integrarían.”

“Salvo contadas excepciones, el sentir general era la poca honorabilidad de ese heterogéneo grupo de legisladores, beneficiarios de la decadencia de los partidos políticos y de las oscuras negociaciones en las cúpulas del poder en Veracruz.”

“La opinión generalizada coincidía en que la actual, sería una de las legislaturas más débiles en la historia parlamentaria del estado, debido al enorme desprestigio de muchos de sus integrantes”.

“También se observa la integración de un grupo independiente, formado por gente relacionada con Javier Duarte y sus corruptelas: Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo, Fernando Kury y el hijo del ex contralor duartista, el ahora diputado Rodrigo García Escalante, con aceitadas ligas en el norte del estado”.

“De los panistas, destacan dos: un diputado tachado de ignorante por sus paisanos: Sergio Hernández, “experto” en todos los temas de la agenda pública… De las diputadas, estar en la sesenta y cuatro, sólo les recuerda el famoso juego de damas y su tablero con ese número de cuadros. También están dos de los orgullos del nepotismo…los diputados Avilés y Callejas, que todos sabemos por qué y para qué llegaron a esa representación popular”.

“Por cierto, ayer el diputado Sergio Hernández declaró desde el Congreso que “Aquí no habrá nada de maletines para tener votos”. Y le damos la razón, primero, porque no hay dinero, pero principalmente, porque Yunes Linares está acostumbrado a que se cumplan las instrucciones sólo con una llamada. Aunque no hacen falta. En esa Legislatura, ya hay exceso de maletas”.

Pero el problema fundamental de esa camada del Congreso, es la alta corrupción que han desvelado a los medios diversas personalidades de adentro y de afuera de la institución. La diputada Cinthia Lobato, acaba de pintar su raya y se ha retirado del cuadro azul con el que nunca pudo coordinarse. Y una lectura de ello, pudiera ser la de zafarse para evitar la quema que vislumbra y que realizará el siguiente gobierno.

Sobre la aceptación popular de Sergio Hernández y Elisa Manterola, por citar a dos de los diputados que tuvieron cargos principales en esa representación, la población de sus distritos, ya dio en las urnas su veredicto sobre ellos. La del rechazo, si bien es cierto que Sergio el bailador entraría como plurinominal. Otro que tampoco logró el triunfo electoral fue el priista diputado Juan Nicolás Callejas, que con todo el poder y herencia del SNTE y de su fallecido padre, no logró reelegirse y conservar su curul.

La Legislatura que llegará en noviembre próximo, debiera mostrar que las cosas que vienen serán muy diferentes. Ojalá y ordenen una auditaría integral y a fondo a todas las áreas del Congreso, especialmente a aquellas en que ha operado Sergio, un diputado que resultó bueno para las fiestas y las irregularidades, pero que cuando se lo requirieron, no supo bailar por el sueño de sus jefes del estero.

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