En casi nueve meses de estar en el cargo, no le han salido bien las cosas a Roberto Ramos Alor, el lenguaraz secretario de salud del gobierno del estado de Veracruz. En cada ocasión en que se le ve en los medios, salen a relucir sus estilos faltos de sensibilidad y su escasa eficiencia en el manejo de los importantes asuntos competencia de esa dependencia.

Se recuerda cuando el flamante secretario no encontró argumentos para justificar una millonaria adquisición directa de medicamentos en los primeros meses de su gestión. Para salir del paso, el médico sureño recurrió a la salida fácil y corriente de faltarle el respeto a un grupo de periodistas que lo entrevistaba. Al funcionario, ignorante de la cosa pública, se le salió una frase que no venía al caso: “A ustedes, ningún chile les embona”.

Pero no es la única muestra de tal insuficiencia profesional, la hemeroteca local contiene varios ejemplos en tan corto plazo. En el sector salud los graves problemas de Veracruz seguirán igual o peor de lo que se encontraban antes de esta administración.

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Uno de ellos, delicado por la magnitud de la prevalencia en el estado y por el alto costo de atención a cada paciente, es el Mal de Chagas, una enfermedad parasitaria que se transmite por la picadura de un insecto conocido como chinche hocicona o chinche besucona. 

Es una de las llamadas enfermedades de la pobreza, porque ataca más a las personas pobres de áreas rurales marginadas. La mayor parte de los municipios de la huasteca veracruzana y de la región de Los Tuxtlas -zonas agropecuarias- están infestados de ese insecto transmisor de la enfermedad: Tantoyuca, Tepetzintla, Chontla, Ixhuatán de Madero, Coyutla, Tancoco, Citlaltepec, Ángel R. Cabada y Santiago Tuxtla, entre ellos.

La gravedad de esta enfermedad radica en dos cosas: suele pasar inadvertida, y cuando transcurren años, quizá 20, aparecen trastornos cuya atención es sumamente costosa, pudiendo requerir hasta de la colocación de marcapasos que cuestan miles de pesos. La otra situación es que los recursos presupuestales difícilmente se destinan a zonas marginadas, donde se hace necesario mejorar la vivienda y realizar campañas de fumigación.

Hace algunos años un grupo de funcionarios estatales de salud y desarrollo social, realizaron una investigación para conocer la situación real del Mal de Chagas en Veracruz y proponer alternativas de solución. A raíz de ello se colocaron 275 mil pisos de concreto a viviendas que lo tenían de tierra en municipios con alto rezago social. Después se canceló el programa debido a los conocidos desfalcos del Adelante duartista y los inútiles y asistenciales gastos políticos yunistas del programa Veracruz cuenta contigo.

En ese tiempo, habían calculado en un millón de pesos, el costo de atención y control a un enfermo de Chagas durante su vida, una vez detectado el mal.

Se ha hablado de que en México pueden existir hasta 1.7 millones de infectados, principalmente en Veracruz (donde puede haber cerca de 100 mil), Oaxaca, Guerrero y Chiapas, de los que quizá la mayor parte aún no saben que lo padecen.

No lo saben. Y lo peor es que quién sabe si el doctor Ramos Alor tenga la capacidad para afrontar con dignidad y decoro el complicado encargo que le dio el gobernador Cuitláhuac García, dicen que a petición de la poderosa Rocío Nahle.

Por ahora se observa oscuridad y mucha opacidad; pocas luces se han visto en las oficinas del cerro de Macuiltepetl. 

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