Tres momentos importantes conforman la actualidad de Cuitláhuac García Jiménez. El primero se acaba de concretar sobradamente al ganar la elección del uno de julio al candidato del gobernador Yunes Linares. El segundo, tiene que ver con la conformación de lo que será su proyecto de gobierno para los siguientes seis años, determinando las prioridades productivas y de empleo, desarrollo social, seguridad pública y lucha contra la corrupción y la impunidad.

Y el tercer momento, lo lleva a cabo hora tras hora con mirada de halcón: es el momento de revisar resultados electorales, lealtades políticas, trayectorias profesionales y capacidades incuestionables de todos y cada uno de los personajes que lo acompañarán en la estructura de gobierno.

Será ésta, una delicada jornada de cinco meses en que el próximo gobernador de Veracruz tendrá que trabajar en esas tareas y en otras más que considere relevantes para el fortalecimiento de su gobierno y el futuro de esta entidad federativa.

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Tiempos nuevos, en los que serán desplazados los gastados personajes de la política, que hubieran tenido que ver con el priismo y el panismo y específicamente con las corruptelas de Javier Duarte y con el rompedor estilo de liderazgo del gobernante actual.

En lugar de ellos, irán a las posiciones relevantes, todos aquellos políticos que hubieran mostrado simpatía, solidaridad, interés, capacidades y responsabilidades cumplidas en torno a las acciones que llevaron a Morena a ganar la mayor cantidad de votos que se han emitido en toda la historia veracruzana.

Serán hombres y mujeres cercanos al propio Cuitláhuac y a su padre Atanasio García Duran; al presidente Andrés Manuel, su esposa e hijos; a los senadores Rocío Nahle y Ricardo Ahued; al dirigente Manuel Huerta y al comité estatal de Morena y al alcalde xalapeño Hipólito Rodríguez.

Gente cercana a los ya diputados federales que obtuvieron las mayores cifras de votación: Tania Cruz Santos, Daniela Griego, Rafael Hernández Villalpando, Eulalio Ríos Fararoni, Juan Martínez Flores y Carmen Medel Palma.

Gente que apoyarán Amado Cruz Malpica, Ricardo Exhome Zapata o Gonzalo Guízar Valladares, tres alfiles que movieron cielo, mar y tierra para acarrear votos a granel en favor de Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac. Igualmente, Claudia Esther Balderas Espinoza, la senadora más joven que integrará la Cámara Alta, después de salir sorteada en la famosa tómbola que implementa MORENA y el propio Francisco Chiguil Figueroa, oriundo de San Andrés Tuxtla, alcalde electo del municipio de Gustavo A. Madero.

Gentes que serán ubicadas en el organigrama y que, aunque no hayan ganado las diputaciones que buscaban, obtuvieron miles de votos y pusieron su capital político en favor de la causa morenista, como fueron los casos de Reyna Domínguez, Guadalupe Arguelles, Baltazar Avendaño, Sergio Hernández Cortés, José Manuel Pozos y Blanca Arrieta, en el norte del estado. O como Citlali Navarro, Enmanuel Ortiz, Rosa Hernández, Silvia Rivera, Gabriela Parissi y José Luis Tehuintle en la zona centro.

Otros más, serán los prospectos que recomienden líderes como Ana Miriam Ferráez, Pedro Morgado o Magdalena Boussart, quienes llegaron desde otras latitudes a afianzar resultados electorales en favor de la causa.

También llegarán personas provenientes del cuerpo directivo de Morena en Veracruz, como son los casos de Carlos Morales Mar, Gonzalo Vicencio, Humberto Pérez, Jair Domínguez, Dimas López, Rubén Salinas, Ángel Echeverría, Claudia González, Clementina Coyohua, Alejandro Moreno, Carol Conde e Isabel Morales.

Y estarán los que siempre han estado junto al próximo gobernador, desde los años de fundación del partido en Veracruz: Gloria Sánchez, Consuelo Ocampo, Víctor Valenzuela, Luz María Zaragoza, Dalia García y Esteban Ramírez, principalmente.

Podrían llegar a colaborar también con él, personajes que siempre han sido leales a sus convicciones políticas y que han formado parte de la izquierda pensante, como son Juan Vergel Pacheco, Guillermo Rodríguez Curiel, Domingo Alberto Martínez Reséndiz, Luis Ponce Jiménez o Ivonne Cisneros.

También algunos integrantes de la poderosa familia Robles de Coatzacoalcos, entre los que podrían estar Mónica y José Pablo Robles Barajas, Iván Hillman y Silverio Quevedo.

Del sector empresarial podrían participar gentes como Ernesto Pérez Astorga y Antonio Ballesteros. Se sabe que los jefes morenistas siguen puntualmente los pasos de algunos hombres de la iniciativa privada, sobre todo, los de un importante grupo de empresarios de la construcción que infructuosamente le aportaron fuertes recursos económicos a la campaña azul.

Los hombres y mujeres mencionados, o sus recomendados, sin lugar a dudas estarán entre los preponderantes personajes que renovarán el escenario de la política en el estado de Veracruz durante los seis años siguientes, y si llegaran a funcionar mejor que sus antecesores, podrían mantenerse por varios años más.

Parafraseando a la picaresca jarocha, tendríamos que aceptar que ellos serían los que comerán con manteca.

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