El próximo domingo primero de diciembre, tomará posesión del gobierno de Veracruz la ingeniera Rocío Nahle García. A partir de que triunfó en la elección, ha estado recorriendo la entidad y presentando a diversos integrantes de su gabinete, entre ellos al empresario y político Ricardo Ahued Bardahuil, el actual presidente municipal de Xalapa, que desde semanas atrás se prepara para su nueva encomienda como secretario de gobierno en la nueva administración estatal. 

El principal reto que la señora Nahle enfrentará, es el alto nivel de inseguridad, criminalidad y violencia que sufre esta entidad federativa, donde la sociedad ha carecido de funcionarios eficientes y honestos en los temas de protección ciudadana y procuración de justicia, sobre todo en instancias como la Fiscalía general del Estado y la Secretaría de Seguridad Pública.

Otro aspecto que ella deberá revisar con detalle es el de la abultada nómina oficial y el alto costo del aparato burocrático en casi todos los sectores, además de implementar un verdadero programa de austeridad, auditoría legal, técnica y financiera y la revisión de todas las obras informadas, etiquetadas como “históricas”, o las obras suntuarias como las retrasadas construcciones del Nido del Halcón en Xalapa y el Estadio Luis “Pirata” Fuentes en Veracruz.

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El punto anterior es indispensable, si es que la titular del ejecutivo pretende desarrollar proyectos viables y dejar huella positiva en los veracruzanos. Porque la deuda pública, que aumentó respecto al gobierno anterior, es ya superior a 49 mil millones de pesos, con un crecimiento atribuible al cuitlahuismo y a su excesivo gasto no prioritario. 

La deuda de Veracruz asciende a 49, 439 millones de pesos, de acuerdo con el informe del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, publicado en septiembre de este año.

Uno de los asuntos que la ingeniera tendrá que supervisar es la evolución y desarrollo del Proyecto del Corredor del Istmo de Tehuantepec, en los 33 municipios veracruzanos de la franja territorial donde se programan obras, parques industriales, pero también dejarán afectaciones ambientales y problemáticas socioeconómicas que deben vigilarse y solucionarse, a ello se suma el interés que tiene el crimen organizado en esos lugares imponiéndose con delitos como el despojo, las amenazas, la extorsión y los daños en propiedad ajena.

Otro tema de relevancia es el de la solución de los graves problemas de falta de agua potable en la zona metropolitana de Xalapa (que incluye a municipios como Emiliano Zapata, Banderilla y Coatepec), que se acerca al millón de habitantes, donde hace pocas semanas, el propio Ricardo Ahued señaló que se necesitan 2,500 millones de pesos para solucionar la recurrente carencia del líquido, para su potabilización, para la modernización de tuberías y construcción de infraestructura y para establecer otras fuentes de abasto de agua adicionales. 

Otro tema importante por atender es el del rezago habitacional, donde esta entidad encabeza este indicador por encima de Chiapas, EDOMEX, Oaxaca y Guerrero, según la Comisión Nacional de Vivienda. La CONAVI contabiliza a 1.131,271 viviendas veracruzanas que presentan algún tipo de rezago porque los techos, las paredes o los pisos no tienen el material adecuado, o porque no cuentan con excusado, o porque la vivienda presenta algún nivel de hacinamiento (más de 2 personas por cuarto). 

Y el otro asunto preocupante es que la entidad presenta un alto índice de informalidad, nivel de ingresos y poca población con alta escolaridad, y por ello la competitividad del estado es media baja en términos de inversiones, creación de negocios, industria y turismo.

Ojalá y que el equipo gobernante tenga en cuenta los indicadores, que elabore un plan de trabajo realista y que coordine y concluya los trabajos que considere convenientes. Veracruz necesita crecer con vigor, con armonía, progreso y tranquilidad. 

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