José Antonio Flores Vargas

A como están las cosas en Veracruz, los pobres serán los últimos de la lista, a la hora de recibir recursos del erario en el bienio gubernamental de Miguel Ángel Yunes Linares, que inicia el primero de diciembre de este año.

 Y no porque él así lo quiera. Lo serán, por las circunstancias inéditas en que MAYL llevará a cabo su gobierno.

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El suyo, será un gobierno de oposición, alejado del presidente Enrique Peña Nieto. Por otro lado, su administración estará enfocada en dos prioridades: la primera, el castigo y el combate a la impunidad del gobernador saliente y su equipo. La segunda, acabar con la inseguridad pública que se adueñó de Veracruz.

Pero repasemos cómo han sido las cosas para los veracruzanos más pobres de las últimas décadas.

En 1980, cuando Agustín Acosta Lagunes llegó al gobierno local, su estrategia se enfocó en los poseedores de lotes y colonos que no habían conseguido sus títulos de propiedad. Creó un programa de regularización de la tenencia de la tierra, con el que logró entregar miles de escrituras, principalmente en zonas urbanas.

Este programa continuó por varios años y tuvo su mayor importancia durante el gobierno de Dante Delgado, quien en 1990, en un acto encabezado por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari en la colonia Revolución de Xalapa, entregó 50,000 escrituras a colonos de todo el estado.

Dante Delgado, con el apoyo de Salinas y su programa Solidaridad, echó a andar un gran programa estatal de pavimentaciones, empedrados y alumbrado público en prácticamente todos los municipios veracruzanos.

En el año 2000, Miguel Alemán Velasco construyó el parque temático junto a las ruinas totonacas de Papantla, y creó la Cumbre Tajín, enfocada al desarrollo integral de los pueblos de la sierra totonaca. Al final de su sexenio, inició un programa de piso firme para las localidades más pobres.

Fidel Herrera Beltrán continuó con la entrega de escrituras y llevó a cabo varias acciones dirigidas a las familias de las zonas con mayor rezago social y marginación. Con su programa Piso Fiel, colocó más de un cuarto de millón de pisos de concreto en viviendas precarias de áreas urbanas y rurales.

Este programa tuvo tal éxito, que los materiales alcanzaron hasta para el piso de muchas granjas de rancheros amigos como Genaro Mejía y para que Fidel Kuri, el suministrador favorito del cemento, unos años después usufructuara el equipo de futbol Veracruz.

Con Javier Duarte, la pobreza también fue bandera. Durante los dos primeros años, se colocaron los últimos pisos de concreto que faltaban. Al terminar los trabajos, en cada casa beneficiada se empotraba un mosaico con el colorido logotipo del programa Adelante.

Sin embargo, el programa terminó al inicio del tercer año, cuando Víctor Rodríguez acabó con el presupuesto de la SEDESOL estatal y Vicente Benítez llegó de Subsecretario, y en lugar de pisos, se puso a entregar bolsitas Adelante con cuadernos y pares de zapatos corrientes de fabricación china.

Fue en esa época cuando el ex subsecretario se hizo famoso, al llegar los sábados a los municipios con dos camionetas llenas de cuadernos y zapatos. Entre los alcaldes era frecuente escuchar la expresión: “busca a Vicente, el de los zapatos”.

En el último tercio del gobierno de Duarte, con todo y la gigantesca deuda estatal que contrajo, pudimos comprobar que el combate a la pobreza solamente se mantuvo en los principales integrantes de su equipo, que lograron acabar con ella y allegarse de buenos dividendos para sus generaciones futuras.

En el gobierno de Yunes Linares, va a ser muy poco lo que pueda hacerse contra el rezago social y la marginación. Es bien sabido que la mayor parte del presupuesto se destinará a sueldos y salarios y a cumplir con los crecientes pagos de la enorme deuda pública.

El resto, se usará para mantener el sistema estatal de pensiones y para liquidar pasivos a proveedores atrasados. Una parte importante, se destinará a las auditorías integrales para aclarar cómo quedó el Estado, al mejoramiento de la seguridad pública y a la preservación de las instituciones y del estado de Derecho.

Con lo que quede en las arcas, se realizarán las gestiones ante el gobierno federal, para que venga a ayudarnos a combatir la pobreza. Nada más.

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