Cuba y Veracruz tienen una historia común. El mar que los separa también los ha unido. En 1519 frente a Veracruz, quemó sus naves Hernán Cortés, para obligarse a no regresar a Cuba, de donde había llegado para conquistar las tierras mexicanas y sus riquezas de oro y plata. Fue en Veracruz donde hizo sus primeras alianzas para derrotar al imperio azteca.

De Veracruz, desde el puerto de Tuxpan, a bordo del yate Granma, zarparon Fidel Castro, su hermano Raúl, el Che Guevara y 79 expedicionarios para hacer la revolución cubana y derrocar al dictador Fulgencio Batista.

El 25 de noviembre de 1956, durante una fría y lluviosa madrugada, en una pequeña embarcación de 13 metros de eslora, diseñada para nueve ocupantes, la expedición partió hacia Cuba. Luego de siete días de navegación, desembarcaron en la playa Las Coloradas, al sur de la isla. Eran jóvenes idealistas con 27 años de edad en promedio.

Fidel encabezaba la lucha para derrocar a Batista. Pero lo habían apresado tras el frustrado asalto al Cuartel Moncada en 1953. Luego de dos años de cárcel, en julio de 1955 llegó por avión a Veracruz, de donde partió en autobús a la ciudad de México. Allí conoció al Che Guevara y entrenó a sus hombres. El Nevado de Toluca fue testigo de sus prácticas guerrilleras. Por ese motivo fueron apresados Fidel y el Che, siendo liberados a los seis días, gracias al apoyo del ex presidente Lázaro Cárdenas y del capitán Fernando Gutiérrez Barrios. Viajaron a Tuxpan, compraron el Granma y en Santiago de la Peña prepararon la expedición.

Ya en Cuba, después de 25 duros meses de lucha en la Sierra Maestra, el primero de enero de 1959, Castro y el Movimiento 26 de Julio, logran el triunfo con la promesa de restaurar la democracia y la justicia. Fidel Castro creó un comunismo caribeño con una base marxista-leninista, influenciado por el nacionalismo del héroe independentista José Martí, mezclado con recetas de cosecha propia, dando como resultado un singular modelo fidelista. Con ese modelo, Fidel gobierna Cuba un poco más de 49 años, cediendo su lugar a su hermano Raúl.

A noventa años del nacimiento de Fidel y 60 de gobierno castrista, Cuba se ha convertido en una potencia deportiva, con una vanguardia cultural, artística y médica. Aún se recuerda la frase célebre del comandante ante el Tribunal cubano que lo condenó a 15 años de cárcel, después del fracaso en el Cuartel Moncada: “La historia me absolverá”. No se sabe. Los cubanos y el mundo, jamás sabrán el último pensamiento del jefe de “Los barbudos”, antes de morir.

El viernes 25 de noviembre por la noche, el presidente Raúl Castro informó: “Fidel Castro falleció a las 10:29 de la noche. Ha muerto el comandante en jefe de la Revolución Cubana”. “Un revolucionario de talla mundial” y “Despertó a la humanidad con su ejemplo”, fueron dos de los innumerables titulares periodísticos que se leyeron el fin de semana.

En Veracruz se guarda simpatía por la heroica nación cubana, de donde partió hacia nuestro país el origen del mestizaje entre la población mexicana y veracruzana con los pueblos europeo y afroamericano. Si se habla del paisaje, gente que ha viajado a La Habana, percibe similitudes entre esa ciudad y el malecón de Veracruz y el barrio de La Huaca.

Respecto a la historia veracruzana, ésta también tiene a su Fidel. Se trata del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, a quien los años se encargarán de poner en su lugar exacto, en el tema de los resultados y de la descomposición durante su sexenio.

Por lo pronto, debe cargar con el mayor error que cometió en contra de sus paisanos: haberle dejado la silla de Palacio al peor gobernador que ha tenido Veracruz en toda su historia.

Fidel, el de aqui, ya fue condenado y la historia no lo absolverá.

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