José Antonio Flores Vargas
Hasta el momento, el único candidato a gobernador que se ha pronunciado abiertamente sobre la iniciativa de Ley por la Vida en Veracruz, es Héctor Yunes Landa. Dijo que él y su esposa están a favor de la vida desde el momento de la concepción hasta el fallecimiento por muerte natural.

El nivel de discurso de Yunes Landa fue directo, frente a un tema nada sencillo de abordar. Y no es nada fácil porque vivimos momentos en que los conceptos de libertad, igualdad y derechos humanos, son los que han marcado la pauta en una sociedad que se rige, en buena medida, por las redes sociales.

Llama la atención que el candidato del PRI se haya manifestado con tal claridad, aunque fuese por ganar la confianza y los adeptos del ala más conservadora del catolicismo. El tópico es un arma de doble filo. Las campañas a gobernador han transitado con una producción excesiva de insulto y de muy baja calidad. Incluso, hasta la hipocresía ha sido mala.

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Los veracruzanos tenemos que regalarnos más libertad, más democracia, ser más respetuosos con la diversidad. Las voces que se han manifestado a favor y en contra de la Ley por la Vida, es decir, sobre la reforma al artículo 4 de la Constitución Veracruzana, se volverán a escuchar en ambos extremos en la semana. No será sencillo esquivar posiciones antagónicas, frente a un asunto de piel sensible.

Hay cuestiones de mucho fondo, abismales, en esa reforma que votarán en definitiva los diputados del Congreso local. Los congresistas no pueden elegir a la ligera una ley, sin antes revisar lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los tratados internacionales firmados por México, han pronunciado y comprometido en materia de Derechos Humanos. La necesidad de obtener seguidores para ganar votos, no puede respaldarse con simples pronunciamientos políticos.

Nada desluce la revelación del candidato priista Héctor Yunes a favor de la vida. Se trata de un posicionamiento político, personal e incluso de familia, muy respetable. Sin embargo, no deja de ser un movimiento artístico.

En todo el comentario del político veracruzano, llama la atención, que dice que el único que puede hablar en su nombre es él mismo y que no tiene vocero. Y textualmente remató: “Yo respeto a quien me hace favor de impulsar mi campaña y de verdad, lo respeto, pero quiero dejar muy claro: mis posicionamientos solo los hago yo”. Entonces, ¿Yunes Landa dejó en el Filo lo Bello que creía tener?.

Ahora si parece que Yunes Landa es todo un “cowboy”. Hace recordar aquella respuesta que dio Lyndon Johson a un periodista que le reprochó sobre la Ley Mordaza: “Está usted intentando salvar la cara”. Y el presidente Johnson respondió: “No estoy intentando salvar la cara. Estoy intentando salvar el trasero”. Eso sí que es lucirse.

 

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