Si usted tiene a bien releer la constitución estatal, va a descubrir que también es veracruzano el científico mexicano-estadounidense que en 1995 ganó el Premio Nobel de Química. Y no queda ninguna duda al respecto. El Artículo 11 de la Constitución Política del Estado de Veracruz señala expresamente que “Son veracruzanos, los nacidos en el territorio y los hijos de padre o madre nativos del Estado, nacidos en el territorio nacional o en el extranjero.”
Con ese fundamento y dado el prestigio internacional que tiene la obra científica y académica del recientemente fallecido Mario Molina Pasquel Henríquez, Palabras Claras propone a ese ilustre ingeniero químico egresado de la UNAM, como candidato a recibir del Congreso del Estado de Veracruz, la Medalla Adolfo Ruiz Cortines correspondiente al año 2020.
Reconocido como Mexicano Universal y con 40 doctorados Honoris Causa, el señor Mario Molina nació en la capital del país el 19 de marzo de 1943 y fue hijo de los veracruzanos Roberto Molina Pasquel y Leonor Henríquez Verdugo. Su padre fue un respetado abogado a quien ya en 1946 se le consideraba como “el mejor estudioso del fideicomiso en México” y quien también fue embajador en Etiopía, Australia y Filipinas. El abuelo del Nobel fue el jurisconsulto porteño Mario Molina Contreras, quien llegó a ser alcalde de Veracruz durante los años de 1903 a 1909.
Mario Molina es el primer mexicano en recibir el premio Nobel en química. Tras diversas investigaciones, predijo el adelgazamiento de la capa de ozono y fue uno de los tres descubridores de las causas del agujero de ozono antártico, que obtuvieron el máximo galardón. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania; en 1968 ingresó al programa de doctorado en fisicoquímica de la Universidad de Berkeley, California. Fue investigador y académico en diversas universidades de Estados Unidos, donde se nacionalizó en 1989. Fungió como asesor del presidente Barack Obama en materia de medio ambiente. Falleció en la Ciudad de México el pasado jueves 7 de octubre a los 77 años de edad.
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En un encuentro con académicos del Colegio Nacional, el 15 de agosto anterior, llamó a las autoridades a luchar esforzadamente contra la pandemia de coronavirus e implementar el uso del cubrebocas en forma obligatoria y no solo como algo sugerente. Recomendó a Trump y a López Obrador “usar el cubrebocas para dar el ejemplo, porque la ciencia ya nos dice lo que tenemos que hacer, desafortunadamente, la política no”.
El presidente de México lamentó vía Twitter el inesperado fallecimiento del científico. Del uso del cubrebocas, obviamente no hace mucho caso a las sugerencias. Sobre la Medalla Ruiz Cortines para Mario Molina, es probable que los señores diputados locales hagan suya esta propuesta y lleguen a defenderla para entregarla Post Mortem, si bien es cierto que hay muchos otros veracruzanos que la merecen.
Es una realidad que los tiempos de la 4T no son buenos para la ciencia y la cultura. Y es cierto que a algunos legisladores y políticos les ha dado por escribir artículos en los medios de comunicación, aunque varios ignoren el sabio consejo del poeta Jorge Brash, quien asegura que “leer siempre será más importante que escribir”.
De cualquier manera, en estas tierras del oriente patrio resulta un gran orgullo que Mario Molina hubiese llevado sangre veracruzana.